Amazon, el demonio y cómo exorcizarlo

Amazon, el demonio y cómo exorcizarlo

Joaquín Rodriguez / madrimasd.org/blogs/futurosdellibro

Leo en Manifeste pour la librairie et les lecteursuna obra colectiva recientemente editada en homenaje al 120 aniversario de una de las librerías francesas más representativas y reputadas, la Librería Mollat de Burdeos:”numerosos compañeros y editores temen la concurrencia de Internet y, especialmente, de Amazon. El gigante americano de Seattle, que abrió su sitio francés en el año 2000, es de una inequívoca eficacia gracias a unos algoritmos diseñados para intentar sustituir la ayuda de un librero que aconseje qué libros comprar […] Internet es un servicio de rescate, un complemento”, que no sustituye a la experiencia cercana de compra en la librería.

Fuente original: Amazon, el demonio y cómo exorcizarlo | Los futuros del libro.

Amazon, el demonio y cómo exorcizarlo | Los futuros del libro.

Aun cuando me gustaría creer a Denis Mollat, su actual heredero y director, lo cierto es que las informaciones que la prensa francesa revela apuntan en un sentido contrario: en el año 2012 en diario Le Figaro advertía que “Amazon pourrait devenir le premier libraire de France“, esto es, que Amazon estaba a punto de convertirse en el primero librero francés contra toda la prédica generalizada del valor de la excepción cultural.

El el Journal du Net, cuatro años más tarde, para que no quepa duda alguna de la evolución real, se titulaba: “Commnet le géant Amazon écrase l’e-comerce français“, o dicho de otro modo, de qué manera el gigante norteamericano se hace con el pleno control del comercio digital y aboca a los editores a capitular y a los libreros a reinventarse o desaparecer.

Y por si fuera necesario ratificarlo con datos de última hora, Amazon.fr es, a día de hoy, el triunfador en todos los órdenes de la red en Francia de acuerdo con los datos que proporciona Zdnet. A los lectores en particular y a los usuarios en general les da lo mismo, sinceramente, si el gobierno francés desaprueba sus políticas de distribución, si sus trabajadores llaman a la huelga o si, desmintiendo a Denis Mollat, Internet es un mero complemento o un reemplazo artificial de la experiencia local. A los lectores, a los usuarios, les da exactamente lo mismo que se haya tildado incluso a Amazon en Francia como el transunto del diablo o que Vicent Monadé, el Presidente del Centre National du Livre (CNL) haya declarado, dramáticamente, que “defender la librería independiente es más que una opción de la sociedad, es una opción de civilización”, del tipo de sociedad que pretendamos construir.

Quizás los alemanes sean culturalmente más pragmáticos que los franceses, al menos después de Schiller: el pasado 30 de junio se hizo pública una nueva iniciativa cooperativa en el ámbito de las librerías alemanas, una iniciativa que pretende combatir el banal e inútil lamento contra Amazon mediante el desarrollo de una nueva plataforma de contenidos agregados y servicios comparables a los de la multinacional americana: el proyecto, Genialokal, está constituido por la cooperativa eBuch eG, la cooperativa de libreros alemanes independientes, las empresas eBuch GmbH, Co.KG y Libri GmbH, con el apoyo de Tolino como soporte sobre el que distribuir las lecturas electrónicas. Solamente la cooperativa de los libreros independientes, compuesta por unos 600 representantes, venía organizándose desde el año 2014 para plantear una alternativa real a la presencia, también pujante de Amazon, en suelo alemán. En palabras de uno de sus promotores, Norbert Iwersen, un pequeño librero independiente de un pueblo cercano a la raya danesa, “queremos avanzar con los tiempos y ofrecer a nuestros clientes el servicio en línea completa que encontraron en las librerías de Internet”. Apelan, como consta en su logo, a “Hier leben wer, hier kaufen Wir”, aquí vivimos, aquí compramos, unos de los leitmotivs de las campañas que promueven la compra local como vehículo de integración social, pero más allá de eso ofrecen una masa crítica de contenidos acrecentada (6 millones de libros), formatos electrónicos interoperables, audiolibros descargables, sencillez de la experiencia de compra y distribución de libros en papel inmediata, bien al domicilio, bien en el punto de venta elegido.

Para exorcizar los demonios de Amazon hace falta algo más que apelar al miedo o la civilización; hace falta, sobre todo, aliarse y ofrecer una experiencia de compra online al menos equiparable, si no mejorada, a la que proponen sus satánicas majestades.

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