Argentina. De Ministerio a Secretaría: Cultura, entre la fantochada y la tragedia

Argentina. De Ministerio a Secretaría: Cultura, entre la fantochada y la tragedia

Patricia Kolesnicov / clarin.com

or ahora la transformación del Ministerio de Cultura en Secretaría no tiene validez, dice José Nun, el politólogo argentino que se ocupó la oficina mayor de Cultura en la primera etapa del kirchnerismo, entre 2004 y 2009. ¿Por qué? Los cambios de ministerios deben ser aprobados por el Congreso. Y eso puede tener oposición, discusiones, modificaciones.

Fuente original: De Ministerio a Secretaría: Cultura, entre la fantochada y la tragedia – 05/09/2018 – Clarín.com.

Más allá de las susceptibilidades que causa que Cultura baje de categoría, como hijo mal querido; más allá de que el representante de Cultura se pierda las reuniones de gabinete o no tenga el whatsapp del presidente, ¿en qué nos afecta este cambio?

Teresa Parodi, primera Ministra de Cultura, en el despacho de la calle Alvear. /Andrés D'Elia

Teresa Parodi, primera Ministra de Cultura, en el despacho de la calle Alvear. /Andrés D’Elia

Cultura, de hecho, se viene achicando ya y, por sus dimensiones, el ahorro en el área no te salva ningún Estado. El año pasado, por ejemplo, se gastó sólo el 88 por ciento de los 3.300 millones de pesos asignados.

Muchos recordarán que Cultura fue Secretaría hasta ayer nomás: el cambio se dio en mayo de 2014, cuando asumió Teresa Parodi. Pero, oh, en realidad el área no estaba dentro de ningún otro ministerio, dependía directamente de Presidencia. Así es más fácil decidir qué es importante (léase: dónde se afloja la billetera) y con qué velocidad se hacen las cosas.

El punto es que esa Secretaría no pertenecía a ningún ministerio, en la práctica estaba en primera línea y eso sí es una diferencia. Quien movió los hilos para que así fuera fue Mario «Pacho» O’Donnell, durante la presidencia de Carlos Menem.

«Cuando asumí como Secretario de Cultura me fue evidente que era imposible gestionar cultura siendo una de las cuatro subsecretarías de entonces del Ministerio de Educación», cuenta a Clarín. «Era una especie de paria, marginal, cuya actividad no le sumaba mayormente al ministro. Incluso al contrario, que Cultura brillara podía oscurecer su gestión».

Secretario de Cultura. Pacho O'Donnell en 1996, distingue a Ronnie Wood y exhibe un dibujo de Keith Richards. /Archivo Clarín

Secretario de Cultura. Pacho O’Donnell en 1996, distingue a Ronnie Wood y exhibe un dibujo de Keith Richards. /Archivo Clarín

Cultura, entonces no tenía departamentos administrativos ni financieros, dependía de Educación para mover un lápiz. En la política, se sabe, eso no es gratis: «Eso hacía todo engorroso, teníamos dos circuitos de trámites. La situación fue tan dramática que tuve que ser ‘muy amable’ con ciertos funcionarios de Educación para que se pagaran trámites porque si no, no salían», recuerda el ministro.

«Me acuerdo de una función que habían hecho Los Hermanos Ábalos y que se demoró un enormidad. Tuve que ir personalmente con ellos al Ministerio para decir que era una falta de respeto.. pero es un ejemplo de como funcionaban las cosas».

El Gobierno piensa que la cultura le es hostil y entonces no hace gran cosa por congraciarse con el sector»

Mario «Pacho» O’Donnell

En fin que O’Donnell arregló con Menem que Cultura tuviera autonomía y así fue hasta ahora. «La Secretaría de Cultura no se puede gestionar dependiendo del Ministerio de Educación», dice el ex funcionario terminantemente. «Es el tema que padecen todas las secretarías que dependen de Educación en las provincias».

Si es poca plata, si no mueve el amperímetro… ¿Por qué el Ejecutivo tomaría una medida tan antipática? «Es un gesto político hacia los mercados», dicen algunos desde muy adentro de Cambiemos. O’Donnell tiene otra mirada: «El Gobierno piensa que la cultura le es hostil y entonces no hace gran cosa por congraciarse con el sector». Perdido por perdido….

Desde el Ministerio dicen que nada cambiará, ni el presupuesto, ni la independencia, ni la organización, nada de nada. Pacho, conocedor de estas lides, da unos tips: «Si hay una dependencia real de Educación, van a desmontar los departamentos financieros, administrativos de Cultura. Si no lo hacen es que todo sigue igual. Es decir, si no pasa nada es una fantochada y si pasa, es una tragedia.»

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