Caso Visor: La poesía también busca transparencia

Caso Visor: La poesía también busca transparencia

Paula Corroto / El diario.es

Fueron cinco líneas en una entrevista en El Cultural, pero suficientes para provocar un incendio de grandes proporciones en un mundo habitualmente tranquilo como el de la cultura. «Lo siento, la poesía femenina en España no está a la altura de la masculina. No hay mujeres poetas comparables a lo que suponen en la novela Ana María Matute o Martín Gaite (…). Desde la generación del 98 y todo el siglo XX no hay ninguna gran poeta, ninguna (…). Hay muchas que están bien, como Elena Medel, pero no se la puede considerar, por una Medel hay cinco hombres equivalentes». Esta fue la contestación de Jesús García Sánchez, Chus Visor, editor de Visor, una de las editoriales más importantes del país en poesía con un catálogo en el que están algunos de los mejores poetas contemporáneos. Una pequeña chispa que pronto se convirtió en una brutal humareda.

Fuente original: Caso Visor: La poesía también busca transparencia.

Las primeras en reaccionar fueron las poetas que integran el grupo Genialogías que debaten desde hace tiempo sobre la visibilidad de las mujeres en el terreno cultural. Decidieron redactar el  Manifiesto Justicia Poética al que en pocas horas se adhirieron numerosas voces del mundo de la cultura (ya más de 1500 en change.org), tanto hombres como mujeres. En él se insistía, más allá de en las palabras de Chus Visor, en el reconocimiento de las mujeres en la literatura española en el que ha habido nombres –también contemporáneos- como el de Chantal Maillard o Clara Janés, esta última, curiosamente, en el catálogo de Visor.

«Las palabras de Visor son relevantes, porque es un editor con muchísima importancia, es como Planeta en prosa. Eso es Visor en Poesía. Y si te vas a Latinoamérica casi los únicos libros de poesía española son de visor. Son palabras que caen con mucha autoridad. Él marca el canon de la literatura y la poesía española, de ahí la importancia a las palabras porque no son en un bar, sino que genera una idea de las poesía de las mujeres, desprecia una labor de siglos, falta a la verdad y además nos echa tierra en encima», explica a eldiario.es Yaiza Martínez, poeta y una de las impulsoras del manifiesto. Una salida del tiesto publicada, además, en un medio de tirada nacional.

Las mujeres en los premios

Para muchos y muchas de los firmantes esta fue una de las razones principales. Porque como también sostiene Juana Castro, una de las pocas mujeres que ha ganado el Premio Nacional de la Crítica en Poesía Castellana –sólo han sido cuatro en total- «desde los años 70 y 80 esto no me suena a nuevo. Ya se lo he oído a críticos. Parece que se nos había olvidado por esto de la igualdad. Pero el problema sigue ahí. Eso retrata no solo a Chus Visor sino a más varones de la cultura española, admiten a las mujeres porque no tienen más remedido, pero no se creen la igualdad». Hay datos de esta circunstancia: mujeres reconocidas con el más prestigioso premio literario, el Cervantes, cuatro, María Zambrano, Dulce María Loynaz, Ana María Matute y Elena Poniatowska; mujeres con el Nacional de las Letras, tres, la propia Matute, Carmen Martín Gaite y Rosa Chacel.

Una cuestión que, por otra parte, no se da sólo en las letras españolas. Las novelista Nicola Griffith hizo recientemente un análisis sobre los premios más importantes concedidos a las escritoras. De los quince últimos libros premiados con el Pulitzer, sólo tres habían recaído en mujeres.

No obstante, mientras este murmullo crecía y se hacía más estentóreo, en el ínterin cultural otras voces –ya no tanto en público- señalaban que era una opinión tan respetable como cualquier otra, gustara más o menos. El propio Visor reconoce a este diario que es así, y que es la suya, como otro puede tener otra. Es más, para el editor, se han malinterpretado sus palabras: «Se deduce lo que no es. Hay mucha distancia con respecto a lo que yo he dicho. Yo dije que los hombres son mejores poetas que las mujeres. Esa es mi opinión y no pienso quitar ni poner ni una coma».

«El argumento de la censura de una opinión es falso, no hemos pedido que se retracte de sus palabras y no decimos que opine de otra manera. Es su opinión la que está censurando. Viniendo de una editorial privada que haga lo que quiera con su catálogo, porque son fondos privados», replica Martínez.

Los fondos públicos

Donde las impulsoras apuntan con su manifiesto es a otra realidad. Una situación que no se da sólo en la poesía y ni siquiera en los premios: la transparencia de las instituciones públicas. Como se podía leer en el texto, «los firmantes de este comunicado aspiramos a que haya transparencia en la concesión de premios con fondos públicos, paridad en los jurados que los otorgan y rotación de sus componentes. No queremos que ninguna persona con un criterio clara y públicamente sesgado hacia la poesía escrita por mujeres esté decidiendo quiénes son los autores con valor literario y social. No con nuestro dinero».

El hecho es que Visor, como recogió hace ya tres años el blog Patrulla de Salvación, ha estado presente en varios premios públicos de todos los colores –cuyo ganador ha sido editado por su editorial – y esta cuestión lleva años soliviantando a buena parte de la comunidad literaria. El editor se justifica a este diario: «Yo estoy en los premios que he hecho yo o en los que me llaman. Y son ocho. ¿Sabes cuántos premios hay en España? Más de 300. Si creen que estoy en todos… Son exageraciones».

Pero el melón ya está abierto. Y por ahí el debate crece. Incluso dentro de las propias poetas que han impulsado el Manifiesto con otro interrogante: ¿deberían existir los premios auspiciados por instituciones? ¿No debería dejarse en manos privadas, en Fundaciones que ya los otorgan? «Si son limpios y favorecen la aparición de nuevos nombres, si se conoce la poesía pueden ser positivos. Lo que no es tan positivo es poder garantizar que sean limpios. No son mala cosa, porque es bueno para autoras jóvenes. Si fuera un mecenazgo equilibrado sería estupendo. Pero el problema es que no lo es», señala Martínez. Unas palabras que refrenda Castro: «Ahora que estamos haciendo una limpieza en las instituciones debe de haber un control en los ayuntamientos, cómo se pueden dar premios de esa manera sin jurados paritarios, de esa manera…».

Más control en los ayuntamientos, algo que, aunque a priori quede a años luz de la comparación si hablamos de poesía, ya no suena a nuevo después de que hayan saltado casos como el de la Ciudad de las Artes de Valencia, el Palau de la Musica de Barcelona o más recientemente el de la Alhambra de Granada.

Este tren lleva varios días viajando como una exhalación. Cinco días sobre una polémica cultural. Bienvenidos los debates.

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