DAVID LODGE SE QUEDA SIN EDITOR EN CASTELLANO | Patrulla de salvación

DAVID LODGE SE QUEDA SIN EDITOR EN CASTELLANO | Patrulla de salvación.

David Lodge pasa por ser uno de los maestros del humor inglés contemporáneo, «uno del cuarteto de ases que completan Wodehouse, Evelyn Waugh y Tom Sharpe», en opinión de Jorge Herralde, editor de Anagrama.

Este párrafo que acaban de leer fue publicado en El Periódico el 25 de enero de 2003. En aquel entonces Anagrama presentaba en Barcelona la novela Pensamientos Secretos David Lodge y Herralde se corría de gusto. Así lo contaba EL PAÍS. Hace unos años todos estábamos enamorados de David Lodge gracias al trabajo de celestina realizado por su editor en castellano, Jorge Herralde. Recuerden: “a la altura de Wodehouse, Waugh y Sharpe”.

Anagrama (aquí) ha publicado 12 novelas de David Lodge, casi toda su obra de ficción. Jorge Herralde, editor de Anagrama, no se ha cansado de repetir en todas las entrevistas que le han hecho (aquíaquíaquí, …) que la “política de autor” es marca de la casa en su sello.

La “política de autor” –para los perroflautas incultos que también nos leen- es la estrategia editorial que consiste en elegir buenos autores y serles fiel a lo largo del tiempo publicando todo lo que escriban. De esa forma el lector que guste de cierto escritor podrá comprar todos sus libros en el mismo sello y tendrá la seguridad de que esa editorial publicará (y traducirá en su caso) cualquier novela del citado autor. De este modo se fideliza a los autores y a los lectores creando vínculos casi afectivos que redundan en la calidad de la edición. La “política de autor” es cosa propia de buenos editores: Feltrinelli (el padre), Barral, Tusquets, Vallcorba, De Moura, Gallimard, Unseld…

En otro día, mediante un comentario, un lector de P. de S. denunció que había preguntado (alarmado por el retraso) y le habían respondido desde Anagrama diciéndole que no pensaban editar A man of parts (Viking Adults, 2011) la última novela de David Lodge:

Te agradecemos la consulta.

Lamentamos comunicarte que no lo publicaremos, tenemos un gran exceso de contratos.

Saludos cordiales,

Editorial Anagrama

Nuestro lector amante de Lodge había investigado en otros países de habla hispana y no había encontrado otra edición en castellano y por eso llegó a entender que Anagrama podría haber bloqueado la publicación en nuestra lengua de dicho libro. Ya saben, lo del perro del hortelano.

No es así. Hemos consultado con Anagrama y nos han dicho que no tienen derechos de exclusividad y que:

Querida Margaret:

En efecto, la puede publicar otra editorial. No tenemos dichos derechos.

Cordialmente,

Editorial Anagrama

En teoría cualquier editorial podría negociar con el agente de Lodge y publicar esta novela en español. Pero hemos hecho una prueba. Ayer mandamos un correo a una editora (*), en cuya línea editorial podría encajar esta novela, preguntándole por el asunto y por si le apetecería sacar esta novela. Aquí sus respuestas:

P.- ¿Se puede producir una situación de bloqueo editorial?

R.- Las “buenas prácticas” que rigen habitualmente las relaciones entre editores y agentes “obligan” a que el nuevo libro se le ofrezca en exclusiva al editor habitual o al editor del último libro (Anagrama, en este caso) y sólo si este lo rechaza podría su agente proponerle la publicación a otros editores. Estas buenas prácticas se pueden romper de vez en cuando (normalmente cuando editor y agente o autor se han enfadado o cuando se ve que va a existir un desequilibrio muy grande entre las expectativas del autor y lo que el editor va a estar dispuesto a ofrecer) pero no es lo habitual, gracias a Dios.

Lo normal es que no haya un bloqueo legal, es decir, nada que jurídicamente impida que el agente le ofrezca el libro a otro editor. Lo que pasa es que si un autor tiene una decena de libros publicados en una editorial, lo lógico es que el agente se lo piense muy mucho antes de irse corriendo a ofrecer el libro a otro editor, y prefiera esperar a ver si el editor termina “entrando en razón”. Lo usual sería que, incluso aunque tuviera una oferta encima de la mesa de otro editor, el agente intentase esperar y ver si convence a Anagrama (que ha publicado varios libros anteriores) antes de buscarle un nuevo editor a Lodge. Y Lodge no sé si será consciente de la situación, porque dudo de que esté constantemente informado de los detalles de todas sus ventas extranjeras, pero quien es consciente seguro es su agente.

P.- ¿Te lanzarías a publicar esta novela en tu sello?

R.- En general prefiero no considerar obras menores de autores ya establecidos. Y buscar, en cambio, obras mayores de autores menos conocidos. Suelen ser mejores libros los segundos que los primeros. El hecho de que Anagrama lo haya rechazado es un dato que a priori me predispondría en contra, pero habría que ver también, antes de preguntar si el libro está disponible y de leerlo, cuál ha sido la recepción del libro, a qué idiomas se ha traducido, qué ventas ha tenido, etc. En el caso de que nos animásemos a leerlo creo que seríamos más exigentes con ese libro que con otros, es decir, el libro tendría que gustarme especialmente, porque no íbamos a poder desarrollar ese autor ( dudo mucho de que aunque su agente nos vendiese este libro eso nos convirtiese en su “option publisher”, es decir, en el editor al que, dentro de las buenas prácticas de las que te hablaba, se le ofrecen por defecto las nuevas obras del autor para que las considere de manera preferente; a fin de cuentas Anagrama ha publicado una docena de sus libros y los tiene vivos en catálogo).

(*) Aunque nuestra amiga la editora hable de “buenas prácticas” y contando con su autorización para dar su nombre en este post (nuestra editora en una valiente), hemos preferido no citarlo dado el ambiente cainita que actualmente reina en el mundo editorial.

Resultado: El libro está en el mercado para que cualquier editor, previa negociación, lo publique en castellano. Pero esa es la teoría. Seguro que la mayoría de los editores piensan como nuestra amiga. Con lo que lo más probable es que nuestro lector, el amante de Lodge, se quede sin leer en castellano A man of parts, la última novela del que Herralde llamó “uno del cuarteto de ases que completan Wodehouse, Evelyn Waugh y Tom Sharpe.” Lo de la “política de autor” queda muy bien en las entrevistas, pero hay que ser consecuente y llevarla a sus últimas consecuencias. Nuestro lector, el amante de Lodge, seguro que compró en Anagrama las 12 novelas anteriores del autor inglés. ¿Hay derecho a que su colección quede incompleta? Los verdaderos amantes de la literatura estarán de acuerdo con la pertinencia de mi pregunta y comprenden mi zozobra solidaria con nuestro lector.

Ya ven cómo ha comenzado a funcionar Anagrama desde que los italianos de Feltrinelli entraron en su capital. Por eso, cuando se venda la próxima editorial pequeña al gran grupo multinacional y nos digan en el periódico que “todo va a seguir igual”, que “la línea editorial se mantiene intacta”, desconfíen.

 

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