Desde LIBER con amor todavía nos queda América « Antinomias Libro

Desde LIBER con amor todavía nos queda América « Antinomias Libro.

Imprescindible lectura de este post. Sábias palabras de Manuel Gil sobre el sector editorial y el futuro del Liber.

Todos los que llevamos años asistiendo a Liber observamos como nuestra querida feria profesional se deteriora año tras año. Llevo muchos años asistiendo a Liber y los comentarios de pasillos son siempre los mismos, incluso en épocas en las que todavía se hacía mucho negocio allí. Sí es cierto que desde hace unos tres años hacia acá el volumen de negocio ha bajado muy considerablemente, pero también es cierto que desde hace años la relación entre las editoriales españoles y los compradores del otro lado del Atlántico funcionan de otra manera: ahora todos los que vendemos tenemos a nuestros distribuidores informados casi en tiempo real de lo que editamos y de las ofertas y promociones a través de correo electrónico e Internet. Y este hecho hace cambiar en gran medida la dinámica de las ferias. Al final vas a Liber para saludar a tus clientes si es que tienes una red comercial consolidada y capilar.

El problema surge cuando hablamos de pequeños editores que necesitan expansionar el mercado debido a la contracción del mercado interior y que carecen de redes comerciales en América, aquí es donde veo yo el problema. Este tipo de editores necesita trabajar con la agenda de compradores y prescriptores para concertar citas y establecer canales comerciales que expansionen su mercado. Me resulta alucinante pasar por algún stand colectivo y observar al personal leyendo el periódico toda la mañana, cuando no de animada charleta entre ellos. ¿No trabajan la agenda de citas que los gremios suministran? Los pedidos no caen del cielo. Y tal y como están las cosas, las ferias hay que trabajárselas antes, durante y después. Es por ello que veo disparatado e injusto no insistir en que todavía hacemos negocio en Liber, menor del que hacíamos, eso sí, pero negocio al fin y al cabo.

Con independencia de las cifras que se ofrecen a través de las notas de prensa y comunicados, en muchos casos absolutamente sesgadas y que llevan a un triunfalismo absolutamente alejado de la realidad, por ejemplo, las notas de prensa hablan de 450 editoriales mientras la página web determina 220 expositores (se incluyen editoriales insertadas en stands colectivos), se dice que han asistido 6.000 personas y que el 20% eran compradores (es decir, 1.200), si sumas todos los invitados sale una cifra de unos 850, se reconoce un 18% menos de expositores, lo que invita a pensar en que la cifra será mucho más alta, en resumen, se ofrecen cifras para impresionar que son difícilmente creíbles, pero si el descenso de expositores es grave (este año tampoco ha acudido Anagrama), lo que me preocupa es el descenso de compradores, que este año ha sido muy alto, esto sí que es verdaderamente una tragedia. En muchos casos nos citan ya abiertamente para encontrarnos en la Fil de Guadalajara, lo cual debería mover a reflexión a las instituciones. De todo ello deduzco la necesidad de repensar Liber. Charlando con algunos editores en el stand del Gremio de Madrid me señalaban que ya se habla abiertamente en las altas instancias gremiales de abordar el asunto. Lo que no es admisible es seguir manteniendo un discurso que recita como una letanía un emporio hoy francamente debilitado.

Otra cuestión que me llama poderosamente la atención es el escaso poder mediático que esta feria suscita en los medios generalistas. Un articulito señalando el comienzo y poco más. Ni que decir tiene que la semana que viene nos avasallarán con multitud de artículos sobre Frankfurt (no comparo la importancia de las ferias), pero es que incluso la FIL de Guadalajara levanta muchos más artículos en la prensa española que Liber. ¿No generaría más prensa y medios si se montasen foros de debate con escritores? Otro tema a reflexionar.

En cualquiera de los casos si observo algunos problemas en los que he insistido desde hace mucho tiempo. Y que resumo:

  1. Es imprescindible que Liber tenga un director que trabaje todo el año pensando en la feria, buscando fórmulas nuevas e insertando la feria en las ciudades. Liber tiene que ser repensado en un foro que integre todos los agentes el sector, pero debe tener un director profesional, como todas las ferias del mundo. Una feria sin director y con una comisión como organizadora no deja de ser una extravagancia heterodoxa. Me brindo a proponer dos candidatos ideales para el puesto.
  2. Es imprescindible dotar a este evento de una página web propia de carácter permanente y que vaya mostrando los planes y avances que la feria vaya diseñando.
  3. La presencia de compradores nacionales sin pensar en que hay que ofrecerles algo sustancial no vale para nada. ¿Por qué deberían ir a Liber los libreros y bibliotecarios españoles? Lo razonable es que existiese la posibilidad de un pedido Liber (con un descuento fuerte y buenas condiciones de pago) a realizar in situ en la propia feria, con independencia de que este pedido luego fuese llevado al punto de venta por la distribución. ¿Esto atraería a los libreros?, por supuesto, y sería un factor de dinamización de la feria. No olvidemos que ahora mismo los libreros van a Liber básicamente a saludar y darse un paseo. ¿Y los bibliotecarios? Pues muy parecido. En los años en que tenían dinero para comprar no teníamos nada especial para ellos, salvo ver novedades, ahora que la mayoría anda con problemas más que serios de dotación de adquisiciones entiendo que tiene que ser un drama ver novedades en los stands y no poder comprar nada.
  4. Creo que la feria hay que abrirla al público, al menos a determinadas horas, para que pueda ir a comprar lo que se tenga en los stands. Como todos sabemos el comenzar a cobrar por asistir, hecho que ocurre en casi todas las ferias que conozco, debería también conllevar que se pueda comprar.
  5. ¿Por qué no romper la dicotomía Madrid-Barcelona? Por qué no Sevilla, Valencia, Zaragoza o Bilbao. Que alguien me explique esto porque no lo entiendo.
  6. Como observo que el espacio que ocupa ahora Liber es muy pequeño, ¿no sería razonable volver al antiguo emplazamiento de la Fira en la Plaza de España? Por cierto, el precio de los taxis en Barcelona es prohibitivo, comparado incluso con Madrid.
  7. Como observo que las jornadas paralelas de debate en torno a temas relacionados con el libro despiertan mucho interés y generan audiencia, pero al ser en paralelo al horario de trabajo de citas que todos los expositores tenemos, no podemos asistir, le sugiero a mi amiga y organizadora de esta parte de la feria, Arantxa Mellado (enhorabuena), que piense en organizar algunas mesas y foros en horarios de 9 a 10 de la mañana y de 7 a 9 de la tarde. Los que vamos a vender te lo pedimos, y somos muchos. La sensación que tengo es que ahora son jornadas para ociosos. Los que tenemos una cita cada media hora con un comprador no podemos movernos del stand en las horas comerciales.

Por último quiero desmontar lo que considero una auténtica leyenda urbana. Todos hemos oído el tema de la relación de Liber como puente hacia Frankfurt, justificado en que la proximidad de fechas era clave, pues bien, no es así. El 99% de los compradores hispanoamericanos no van a Frankfurt. ¿A qué van a ir allí? Para comprar libros de lengua hispana van a la FIL. He hablado desde hace años con los compradores de toda América y lo que me dicen es lo siguiente: «Lo que compramos en Liber nos llega antes de la campaña de Navidades, por eso venimos, lo que compramos en la FIL ya no nos llega a tiempo». Esta es la verdadera ventaja competitiva de la feria. Señalo por tanto que la fecha de celebración de Liber es completamente indiferente de la celebración próxima de Frankfurt.

Veremos pues si en los próximos meses se aborda de una vez la necesaria reconversión de esta feria. El año que viene, con las subvenciones casi inexistentes, habrá que ser más creativos e imaginativos si queremos que la feria se celebre.

Cierro el post pidiendo disculpas a muchos amigos blogueros y libreros que pasan a saludarme y a los que no pude dedicar casi ni un minuto: Martin Gomez (El ojo fisgón), Pablo Odell (Pensódromo 21), Iñaki Vazquez (Valor de cambio), Antonio Rivero (Librería Canaima de Las Palmas), Jesus Otaola (Proteo-Prometeo de Málaga), Virginio Nuñez (Cadena L) y muchos otros.

Y mi gratitud a Jaume Balmes, Nuria Rita Sebastián y Marc Lecha por hacer de sherpas en la noche barcelonesa, este último un antiguo amigo del sector del libro hoy reconvertido en un experto sumiller de vinos, en su tienda tuvimos la ocasión de probar una degustación de excelentes caldos, muchos de ellos catalanes.

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