Ecología del papel versus ecología digital

Ecología del papel versus ecología digital

Manuel Gil / antinomiaslibro.wordpress.com/

A mediados de diciembre pasado publique un post titulado “Ecoedición y sostenibilidad”, pues bien, desde entonces he recibido numerosos correos de colegas que me sugieren que de mi opinión sobre si el libro impreso es más sostenible y ecológico medioambientalmente que lo “digital” e Internet.

Fuente original: Ecología del papel versus ecología digital – Antinomía libro.

Me mojaré sobre el asunto, sin andarme por las ramas. Ni el papel,  ni lo digital, ni Internet,  son tecnologías limpias, ni verdes, ni inocuas. Pero dicho esto,en la comparación con una edición en papel más limpia, como lo que en ese post planteo acerca de la ecoedición, lo digital e Internet pierden ahora mismo por goleada. Si nos planteamos el problema desde un punto medioambientalmente sostenible hay que ser justos al reconocer que no son tecnologías inocuas y respetuosas del medio ambiente. ¿Es más ecológico Internet y lo digital que el papel (entendido como ecoedición)? Soy un defensor del mundo digital, pero las tecnologías que sustentan Internet no son limpias.

Dentro de la multitud de informes, estudios y ponencias que inundan la red con datos, más o menos sesgados, y que dependen en sus conclusiones de si son compañías tecnológicas o del papel, hay numerosos datos que parecen incuestionables al día de hoy. Veamos algunos “datos generales” que se repiten en numerosos informes:

  • El consumo de energía de los buscadores en cuanto a huella digital es enorme.
  • Google: 1000 millones de búsquedas al día, 365.000 millones al año. Traducido a huella ecológica:  emite lo mismo que 40.515 coches.
  • En EEUU hay 7000 centros de datos de servidores Equivalente a 6 campos de futbol. EEUU. Internet representa el 1,5% del consumo eléctrico del país. El triple que hace 10 años.
  • Los centros de computación son responsables de más CO2 que países como Argentina u Holanda.
  • En 1995 los internautas en el mundo eran 16 millones
  • En 2009, 1600 millones, (el 23% de la población mundial)
  • En 2016, 3750 millones (el 50% de la población mundial)
  • En 2020 la infraestructura dela computación generará más  emisiones que la aviación. Pronóstico: en 2020 las emisiones serán de 1400 millones de toneladas.
  • Para Aspapel, es preferible imprimir un documento de cuatro páginas a doble cara y blanco y negro que estar quince minutos leyéndolo en pantalla.
  • La producción de cacharrería digital  tiene un gran coste energético de producción, y el acceso a ciertos minerales  (coltán por ejemplo) se realiza en condiciones de semiesclavitud de la población, en minas muchas veces ilegales e  implica deforestación en muchas áreas del planeta.
  • El 10 % de la energía de los centros de computación podría suministrar electricidad a 6.400 hogares durante un mes.
  • El 2% de la contaminación mundial por CO2 lo generan las empresas de tecnología de la información.
  • En promedio, un trabajador, enviando 33 correos por semana genera 136 kilos de CO2 anualmente, para reducir este impacto, se recomienda reducir el envío de correos únicamente a los necesarios, con lo que se ahorraría una tonelada de CO2.
  • En promedio un usuario realiza 949 búsquedas anualmente, lo que supone una emisión de 9.9 kilos de CO2, la forma de bajar esta cifra es hacer un buen uso de los favoritos del explorador.
  • Abrir una página web supone la emisión de 20 miligramos de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero (GEI). Cada mes internautas de todo el mundo están 35.000 millones de minutos on line, según datos de 2012.
  • La electricidad utilizada para transmitir los trillones de mensajes no deseados (spam) durante un año serviría para más de dos millones de hogares, según la empresa de antivirus McAfeee. Las emisiones de CO2 equivalen a las producidas por tres millones de coches.
  • La industria global de las nuevas tecnologías genera una cantidad de GEI similar a los de todas las compañías aéreas del mundo.
  • La mayoría de los aparatos electrónicos que usamos a diario contribuyen a aumentar la huella digital de carbono, estos dispositivos consumen en gran medida combustibles fósiles.
  • Los analistas prevén que el uso de datos se ha triplicado entre 2012 y 2017 a 121 exabytes, o cerca de 121 millones de gigabytes.

Pensemos por un momento que la evolución estimada de población en el mundo estará en torno a los 7.600 millones de personas en 2020, un 70% de esta población será urbana. Si estimamos un porcentaje del 65% mundial con acceso a Internet con redes 5G y un  desarrollo de servicios de alta velocidad para video, films, música, datos, etc, el incremento de medios destinados a soportar la creciente estructura precisa de ingentes cantidades de energía, para sostener los centros de computación (clouds centers). Si estimamos que para 2020 el número total de aparatos conectados a la red duplique a la población mundial y si el porcentaje de personas conectadas a Internet se acerca al 80%, conllevará un enorme aumento del consumo total de energía que precisarán los centros de datos.

La avalancha de datos, informes, ponencias es descomunal, hasta el punto de no saber a qué atenerte cuando se consultan. Obviamente no es lo mismo leer un documento de una entidad papelera que uno de una compañía tecnológica. Los datos se contradicen de manera frontal.

Leo con detenimiento los informes de Greenpeace, la ONG ecologista y pacifista que opera en 55 países y tiene en el mundo más de 3,2 millones de socios (en España tienen más de 110.000). Pues bien, Greenpeace USA lleva siguiendo el tema desde 2010 y ya en 2014 publicó el primero de sus informes, CLICKING CLEAN 2014: HOW COMPANIES ARE CREATING THE GREEN INTERNET,  el segundo fue CLICKING CLEAN 2015: A GUIDE TO BUILDING THE GREEN INTERNET,  y en 2017 ha publicado un nuevo informe titulado CLICKING CLEAN: WHO IS WINNING THE RACE TO BUILD A GREEN INTERNET? De este último informe puede verse un buen “resumen en castellano” en este enlace.

En todos estos informes se analiza el comportamiento de las empresas tecnológicas de Internet y se las insta a desarrollar practicas repetuosas con el medio ambiente.

Desde el primer informe al último hay avances significativos interesantes. Greenpeace mide el uso de fuentes de energía en estas compañías, usando cuatro factores: energía limpia, gas natural, carbón y energía nuclear. Divide las áreas de evaluación de las tecnológicas en video, música y mensajería. El ranking que obtiene es el siguiente:

Algunos “datos” que se pueden extraer de estos informes y sobe todo del último son:

  • Las empresas de tecnología representan el 2% de todas las emisiones globales de carbono,  más o menos lo mismo que el sector de la aviación.
  • En 2017 las TICs están consumiendo en torno al 8% de toda la energía mundial.
  • Las compañías más comprometidas a construir plataformas sostenibles 100% con energías renovables son Apple, Google y Facebook. Estas compañias progresan, con ritmos muy diversos, hacia una Internet Verde pese a la resistencia de los oligopolios eléctricos con aprovisionamiento de energías fósiles.
  • Apple aparece como la compañía más verde, ya que la empresa se ha comprometido a alimentar su servicio en la nube, iCloud, exclusivamente a través de energías renovables. Además, esta desarrollando grandes parques solares en sus centros de datos con energía geotérmica y solar.
  • Facebook ha mejorado mucho desde el anterior informe. Esta minimizando el uso del carbón para incrementar las energías renovables que alimentan sus centros de datos. Dispondrá de un centro en Iowa que usará el 100% de energía eólica.
  • Tanto Amazon como Netflix o Twitter se encuentran muy atrasados en esta materia, según muestra el informe.
  • Se hace un llamamiento a las empresas tecnológicas a desarrollar compromisos de alcanzar el 100% de consumo de energías renovables en un plazo corto de tiempo.

El informe también evalúa temas como transparencia, compromiso con energías renovables y política de localización, adquisición de energía renovable, apoyo a energías renovables, y eficiencia energética y mitigación. Cada compañía acaba recibiendo una valoración global que va de la A (la mejor) a la F (la peor).

Otro tema preocupante es el del uso de dispositivos que en su producción incluyen minerales. Muchos de los elementos que se utilizan en la elaboración de ordenadores y aparatos electrónicos son más fácilmente reciclables y reutilizables, como el plástico, el aluminio, el cobre , el silicón, el estaño y el oro, pero otros son dañinos, tóxicos y complejos de recobrar, tales como el mercurio, el óxido de berilio, el plomo, el sulfuro y el cadmio. La fabricación de aparatos y dispositivos con una obsolescencia programada cada vez menor debe hacernos reflexionar sobre la inutilidad de reemplazarlos con cada vez mayor frecuencia, la presión sobre las compañías debe ser continua, y como consumidores debemos eludir la moda de disponer de la versión más reciente de cualquier dispositivo.

Cada año, en los países desarrollados, se producen hasta 50 millones de toneladas de residuos electrónicos, el 75% de los cuales desaparece de los circuitos oficiales de reciclaje. Su destino habitual son vertederos africanos o asiáticos donde contaminan el agua, la tierra y el aire, y envenenan a miles de personas. La profusión de “basura electrónica” es enorme. Sobre este tema son muy interesantes los siguientes recursos: un documental titulado  “La tragedia electrónica”, un video titulado “How Green is your Internet“, y un taller organizado por CCCB (Centre de Cultura Contemporánea de Barcelona) e impartido por Jordi Oliver titulado “Univers Internet. La huella ecológica del uso cotidiano de Internet”.

Un tema sobre el que también me han escrito algunos lectores de mi blog hace referencia a un post de hace unos meses en el que relataba el aumento enorme que el ecommerce (del libro) estaba experimentando en el mundo. En ese post relataba que se observaba un gran desplazamiento hacia la compra online desde las propias librerías. Pues bien, no hace falta ser un genio para observar que el supuesto ahorro en el precio del producto (aunque solo sea por costes de transacción), lo acabas gastando en términos de embalaje, desplazamiento de vehículos y combustible, con la consiguiente huella de carbono y gases de efecto invernadero que se producen.

En resumen. No tengo nada claro que lo digital sea más verde y limpio que el papel. La irrupción de todo lo digital me parece un avance importantísimo, pero al igual que la industria del libro en papel tiene un amplio recorrido en materia de ecoedición, también el encontrar caminos hacia una ecología de Internet y lo digital parece importante, pese a que ahora mismo el avance hacia una Internet limpia e inocua no parece un horizonte a la vista. Tanto el papel como lo digital tienen mucho campo de mejora. Como consumidores hay que apelar a la responsabilidad respecto al consumo, en cualquiera de los formatos, y la presión sobre las empresas debe ser continua.  Hay que huir de “dogmatismos” al contemplar la dicotomía papel/digital a la que algunos quieren llevar a la industria, en cualquiera de los casos la sostenibilidad debe ser objeto de reflexión permanente de toda la industria.

P.D. Querido lector de este blog. La lectura de este post no es inocua, también afecta al medio ambiente. Obviamente no le estoy invitando a dejar de leerlo, sino a que debemos reflexionar sobre un uso razonable de Internet, pero también ser exigentes con la edición en papel.

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