El legado de la crisis en el libro | Antinomias Libro

El legado de la crisis en el libro | Antinomias Libro.

Manuel Gil  Antinomias Libro. 24/11/2014

levamos 7 años de crisis y los dato de 2014 apuntan de nuevo a una caída de entre el 5% y el 10%, según la fuente de datos que uses. Con el último dato oficial disponibles de 2013 sobre facturación, 2.182 millones de euros, una caída del 5% nos dejaría el sector en 2.072 millones de euros, y si es del 10% en 1.963, es decir, nos acercaríamos al tamaño comercial que el sector tenía en 1991, con la diferencia brutal de producción de títulos de aquellos años respecto a 2014, por cierto que en el primer semestre de este año ya habíamos editado 48.142 libros, según cifras de la agencia del ISBN, lo que lleva a pensar en una aumento de producción importante sobre el año anterior. La inacción del sector en estos años ha sido evidente, en ningún momento se ha visto que a nivel gremial se lanzara algún plan de trabajo para paliar esta hecatombe, tiendo a pensar que en tiempos venideros, algún historiador de la edición, relatará el desastre direccional del mudo del libro en estos años.

Me siento a leer el último informe del Observatorio del Libro, El sector del libro en España 2012-2014. Al comprobar las cifras de altas y bajas se observa un fenómenos evidente, en 2009 tuvieron actividad 3.564 editores, se dieron de alta 281 editoriales y no tuvieron actividad 897. Cuando observas el cuadro que adjunto más abajo hay algo que llama la atención. Si la suma de nuevos prefijos editoriales menos las bajas de actividad fuesen permanentes, el volumen de editores habría caído de manera brutal, es decir, estaríamos ante una debacle bibliodiversa de tamaño apocalíptico. ¿Cómo se explica que pese a la suma de altas menos los decesos la cifra siga siendo muy alta? Tengamos en cuenta que en ese sumatorio de nacimientos menos decesos sobre el papel se pierden (si fuesen permanentes) unas 600 editoriales al año, lo que indica que se trata en muchos casos de ceses de actividad de tipo temporal o bien las numerosas marcas de autopublicación están manteniendo esa cifra mágica de actividad editorial de más de 3000 marcas desde el año 2002. Al comparar los datos de 2009 con la cifra de editores de 2013 (3.086) vemos un descenso del 13,5%, lo que no parece demasiado. En cualquier caso dejo abierta la reflexión.

evolucion_actividad_editorial

Cuando observas la producción editorial de esos 3086 editores compruebas que 618 editoriales editaron 1 solo libro, y 832 editaron entre 2 y 4 libros, el conjunto de ambos es el 47% de las marcas editoriales, 1.450 editores. Y la pregunta obvia, ¿es esto sostenible como modelo de edición? ¿Qué facturación promedio es deseable para mantener un puesto de trabajo en una editorial? Desconozco si este estudio se ha hecho alguna vez, sí observo que en relación a las librerías mi amigo Txtetxu Barandiaran habla siempre de 150.000 euros como media de sostenimiento y viabilidad de un puesto de trabajo en una librería, por cierto que los amigos libreros franceses lo elevan a 200.000, pero en fin, volviendo al tema editorial, no parece razonable la sostenibilidad, entendida como capacidad de perdurar en el tiempo, de multitud de editoriales con ese nivel de producción de títulos y de conformación de catálogo.

Si observas el precio medio se puede analizar que entre 2007 y 2012 el precio medio pasó de 12,45 a 14,52, un 16,63% de aumento. El informe de comercio interior de 2013 nos dice que el precio medio ha bajado ligeramente sobre 2012, a 14,18 euros, esta bajada me ofrece numerosas dudas, el cocinado del informe de los editores me genera muchas dudas, en cualquier caso este precio medio sigue siendo un 14% superior a 2007, año precrisis. Esto me lleva a pensar en un gran alejamiento de la edición respecto al mundo del consumo. De todos es sabido que la contracción brutal de los salarios y el desempleo han llevado a una merma radical del consumo. Las cifras que hablan de que el 46,4% de los asalariados en 2013 (los que trabajan) no llegaron a mileuristas, el dato que aparece de un salario bruto de 13.551 euros lleva a reflexionar sobre las posibilidades de consumir de una gran parte de la población. Hace unos días miraba el índice (coeficiente) de Gini, se trata del índice que mide la desigualdad en la distribución de la renta, que abarca desde 0, en que todas las personas tienen la misma renta disponible, a 1, en que una sola persona detenta toda la renta disponible (creado por Corrado Gini, 1912, estadístico, demógrafo y sociólogo italiano que desarrollo el coeficiente de Gini, una medida de la desigualdad en los ingresos en una sociedad; fuente: Wikipedia), pues bien si en 2006 era 0,313, en 2012 ha aumentado hasta 0,350, somos un país mucho más desigual que hace unos años. Si miramos el último Informe Foessa (fundación vinculada a Caritas, y poco sospechosa de izquierdismo bolivariano), nos echamos a temblar al comprobar la situación del país. Todo esto me lleva a pensar que estamos en un momento en el que la gente busca precios bajos, gangas, chollos, 2×1, descuentos, promociones, etcétera, en todo el ámbito del consumo, desde la alimentación a la ropa, y por supuesto en el ocio. La búsqueda de precios bajos está generando un paradigma de consumo que está cambiando los hábitos en el terreno del consumo y la compra, un vistazo a los lineales de los supermercados así lo apuntan, con las marcas blancas y de la distribución copando una cuota de mercado del 40%, como dice un amigo metido en estos ámbitos laborales, los lineales de los hiper no mienten, y hoy para vender o eres barato o eres sexy, y el libro no es ni una cosa ni otra.

La reflexión que dejo es acerca de si las viajas cifras del sector volverán alguna vez. A mi juicio no volverán, en este tiempo la cadena de valor predigital está saltando por los aires, un mercado mucho más estrecho e hiperfragmentado, una serie de cambios socio-demográficos muy profundos, la disruptividad de Internet, un parque de librerías muy dañado y con una tendencia a disminuir su número, etc., me llevan a pensar que lo que veremos en años venideros se parecerá poco a lo que hasta ahora habíamos conocido, es obvio que en unos años y el algún momento los indicadores económicos macro acabarán por reflejarse sobre los indicadores micro, el problema es que los economistas más sensatos nos hablan de años de espera para recuperar ciertas magnitudes, pero las cifras que la edición, las librerías y el libro en general tenían nunca volverán a ser lo mismo, lo que habrá que analizar es que con una industria de un tamaño tan exiguo y similar al de los años 90 que número de editores y libreros harán sostenible la industria.

En una situación como esta pensé hace unos años que veríamos entre la edición independiente numerosas fusiones y agrupaciones, en algún caso bajo marcas paraguas, como fórmula defensiva frente a la situación del nuevo mercado, pues bien, en este punto me equivoqué de plano, creía que habría una curva de aprendizaje entre los editores para generar economías de escala, optimización de costes, mejora de flujos operativos, presión sobre la distribución, etc., pues bien, lo único que he visto es un sálvese el que pueda, nada más.

Hace unos días leía que se había celebrado un encuentro internacional de editores independientes,  pues bien, del listado público únicamente observo la presencia de los editores de Baile del Sol y Txalaparta, por parte de España. ¿Alguien puede entender que no aparezca una importante delegación de editores españoles?

Reproduzco unos párrafos del evento e invito a leer la declaración que han emitido, que me parece fantástica:

La Asamblea Internacional de la edición independiente 2012-2014 se desarrolló a lo largo de dos años, a través de siete talleres preparatorios y temáticos que tuvieron lugar en Guadalajara (México), París (Francia), Bolonia (Italia), Uagadugú (Burkina Faso), Fráncfort (Alemania) y Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), seguidos por un encuentro de cierre que, bajo el patrocinio de la UNESCO, se organizó en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) en la sede del Book Centre, entre los días 18 y 21 de septiembre de 2014.

Los talleres preparatorios, que se prolongaron en Ciudad del Cabo a través de grupos de trabajo, trataron temas elegidos e identificados como prioritarios por los editores (lo digital, las políticas públicas acerca del libro, los modelos económicos de las editoriales independientes, la literatura juvenil, la edición en idiomas nacionales y locales, el asociacionismo editorial solidario, el “Libro justo” y la donación internacional de libros). Estos talleres e intercambios a la distancia permitieron elaborar herramientas y recomendaciones dirigidas a los poderes públicos, organismos internacionales y profesionales del libro. Las mismas fueron debatidas y validadas por los editores en Ciudad del Cabo en septiembre de 2014. La suma de esas propuestas (que estarán disponibles en el sitio de la AIEI antes de que finalice el año 2014) tiene como objetivo defender y promover la bibliodiversidad tanto a nivel nacional como internacional.

Ante el desbarajuste y marasmo que se aprecia no me queda más remedio que citar a Marx (Groucho), «que paren esto que yo me bajo».

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