Feria del Libro de Madrid: se necesitan clientes « Antinomias Libro

Feria del Libro de Madrid: se necesitan clientes « Antinomias Libro.

04/06/2012

La FLM comenzó muy floja el primer fin de semana, nos autoengañamos pensando que el problema radicaba en que la gente no había cobrado todavía, pero ha pasado el segundo fin de semana y la atonía es un hecho incuestionable, que demuestra la brutal contracción del consumo que padecemos, bolsillos pelados y miedo, mucho miedo. Hay gente, menos que otros años, pero compran muy poco, y la horquilla de precios superiores a los 20 euros comienza a ser como subir al Everest sin oxígeno. El repunte de consumo que algunos vaticinábamos después de varios meses de estar caninos en ventas no se ha producido. En una medición a partir de casetas de «amiguetes» que efectué el sábado a la tarde observaba una horquilla de caídas de entre el 15% y el 20%. Alguien me dirá que algunas librerías con firmas top están que se salen, es cierto, pero esto no es la tónica ni la temperatura de la feria, que está muy tocada, más o menos como el país. No nos engañemos. El metabolismo del sector presenta unas etiologías ciertamente preocupantes. La Feria es un indicador más de una sintomatología de enfermo terminal, el sector no está constipado, está en la UCI con pulmonía doble y respiración asistida.

Entro al trapo en el tema de la «reinvención del feria». Hace unos días hacia una entrada Joaquín Rodríguezbastante interesante, con la que estoy esencialmente de acuerdo, pero me gustaría insistir en algunas cuestiones. La feria ofrece lo que ofrece y es lo que es porque hay un consenso generalizado en que así sea. La feria es una inmensa caja registradora ahora oxidada por carencia de uso y por deflación el consumo. Los que peinamos canas echamos la vista atrás y recordamos que en épocas pasadas hemos hecho ferias en otros sitios, por ejemplo, un verano nos fuimos al pabellón de cristal de la Casa de Campo. Ni que decir tiene que obviamente aquello fue una ruina caracolera de proporciones bankianas. Libreros y editores dijeron que allí no volvían ni borrachos de gintonics. ¿Hay consenso sobre el cambio de orientación de la feria o es el delirio de algún editor-subsidio?

Mi planteamiento, más que discutible y opinable, es que vistas numerosas ferias en América habría que ir a un recinto cerrado (la feria con rigores brutales de temperaturas subsaharianas o con chaparrones caribeños no parece lo mejor), con pabellones organizados temáticamente y con cierta homogeneidad en los grupos editoriales y libreros, pabellón de librerías especializadas (de verdad, no la pantomima de este año, en la que sólo ha faltado una caseta especializada en ensayo de la dinastía Ming), pabellón de Universidades, editores y libreros de literatura infantil-juvenil, editores internacionales, editores y libreros online, y todo ello arropando un volumen de actividades culturales de champion, con premios nobel y escritores dando charlas y conversando con públicos diversos, en resumen, una feria «cultureta», implicada en la propia ciudad, lo que acertadamente Joaquin Rodríguez denomina «Madrid lee», excelente eslogan por cierto, pero para llevar adelante algo semejante parece necesario matizar algunas cuestiones:

  • La primera es que traer premios Nobel y escritores importantes cuesta dinero, mucho dinero, y no lo hay. ¿O sí puede haberlo siendo creativos? Y me surge una duda, ¿llenaría el público los actos con escritores como ocurre en la FIL de Guadalajara? Pues tengo más que dudas. Este país es muy inculto, a pesar de las encuestas de lectura, sólo hay que mirar las colas que se forman en algunas casetas cuando algún adefesio mediático-televisivo (no escritor) firma ejemplares del libro que le ha escrito un «negro». Lamentable.
  • La segunda es que una feria así hay que construirla desde abajo, implicando colegios, institutos, universidades, medios de comunicación impresos, televisiones, instituciones públicas, etcétera, y preparada todo el año, como ocurre por ejemplo en la FIL de Guadalajara, cuyo programa de actividades culturales paralelas a la feria es casi un libro en cuanto a amplitud.
  • Tercero. Tener una página web de última generación en la que tenga cabida la opinión de los propios madrileños. Y usar frenéticamente las herramientas online.
  • Cuarto. Habría que prepararse para una travesía del desierto. Para que el publico vaya a un recinto como por ejemplo el IFEMA, hay que esperar años para que esto cuaje en los hábitos del público, por lo que es evidente que los primeros dos años las ventas bajarían enormemente respecto a una ubicación como el Retiro, donde la gente va a darse un paseo, tomarse unas caña, pasear al perro, patinar o ver el lago. No olvidemos las tétricas mañanas del Retiro, jubilados que piden catálogos para envolver el bocata del nieto y desocupados (no por su voluntad) haciendo footing. ¿Está dispuesto el sector a asumir unas ventas paupérrimas durante al menos un par de años? Lo dudo mucho. Luego entonces, ¿de qué hablamos cuando se plantea «reinventar la feria»? De humo.

¿Se puede hacer algo más en el recinto del Retiro? Pues no lo parece. La ordenanza de parques y jardines parece ser que impide que la feria cerrase a las dos de la madrugada en fines de semana, grupos de jazz tocando, terrazas abiertas y casetas vendiendo libros a las 12 de la noche son cosas que algunos ya hemos planteado otras veces, pero parece ser que la ordenanza lo impide. En cualquiera de los casos deberíamos tener presente que en las actividades culturales que se hacen ahora en el Retiro no va ni el «tato», aunque también es evidente que las actividades culturales en pabellones que están situados en medio de las filas de casetas no es lo apropiado, con la megafonía a todo trapo no se escucha nada y el ruido en el interior de esos pabellones es tremendo, hay actividades en que el ruido se parece más a un after de polígono industrial, no hay quien escuche nada. Y las escasas personas que entran se marchan antes de sufrir un ataque de otitis.

Es por ello que considero que la reinvención de la feria me parece una entelequia, no por necesaria, sino porque observo imposible modificar la estructura de la feria. ¿Por qué? Pues porque nadie quiere que cambie nada, ni libreros ni editores. Y este es el problema. Me llama poderosamente la atención que esta idea aparezca siempre en mitad de la propia feria, la idea es tan efervescente como biodegradable, de manera que la semana que viene esto se ha olvidado.

Por cierto, como me imagino que vamos a estar muchos años en el Retiro me permito sugerir a la organización el «sorteo puro», así te toque la caseta 1 o la 394, el sorteo por grupos es una «trampilla» que favorece a unos pocos en detrimento de todos los demás. Hagan una simple operación matemática, dividan el número de expositores con sus respectivos grupos y colocando el orden de sorteo calculen la probabilidad de que a un editor le toque la zona de sol. Con el sistema actual la probabilidad es enorme. La edición está condenada así a estar «la feria al sol».

Al margen de lo anterior, me hago eco de un par de temas que están sobrevolando la FLM 2012. El primero de ellos es la próxima celebración de unas jornadas (una especie de Congreso Nacional del Libro), a celebrar los días 23 y 24 de octubre en la Biblioteca Joaquín Leguina, y el segundo es el montaje de una plataforma de comercialización digital de libreros y editores. Si el primer tema lo considero vital, el segundo me parece crítico. Me explico.

Como muchos de ustedes conocen, la idea de un Congreso Nacional del Libro la llevo planteando desde el año 2008, ya entonces se podían ver en el horizonte síntomas alarmantes de insostenibilidad en el sector, y posteriormente en mi blog he planteado en varias ocasiones la necesidad de este evento. La tesis de la que partía es que consideraba que carece ya de sentido los congresos gremiales, si la sociedad y el mundo están en red, el libro debía avanzar en una línea semejante, o lo que es lo mismo, el problema de las librerías o el de la edición no puede ya ser abordado únicamente por el gremio respectivo, había que avanzar en formas de integración mucho más profundas, en cierto modo hacia algo parecido a la estructura del libro en Alemania. Y si se quiere avanzar en una reestructuración del sector hay que hacerlo transversalmente, aunque en esa necesaria reingeniería deba haber damnificados. Me dicen que un borrador de proyecto ha sido presentado y aprobado por la Comunidad de Madrid, se quiere hacer coincidir las jornadas con el día de las bibliotecas. A partir de estos datos ya me surgen dudas ¿Qué editores han visto el borrador? ¿Solo participan editores de Madrid? ¿Se rescata el plan estratégico? ¿Qué formato tendrá el evento? ¿Se analiza una posible reconversión? ¿Quiénes desarrollarán los textos previos de análisis? ¿Cuándo se podrá ver el borrador presentado y sus objetivos? Es evidente que he preguntado a numerosos editores y ninguno conoce ni siquiera el tema. Esperaremos un tiempo prudente antes de dar opiniones contundentes. De momento no quiero pensar que estemos ante un paripé trilero y el sector se acabe haciendo trampas en el solitario.

El tema de la plataforma de comercialización digital me parece crítico. Observo necesario el surgimiento de una plataforma de socios y partners libreros y editores. Las plataformas están surgiendo como setas, solapándose entre sí y con un problema importante para muchos editores: ¿quiénes son ustedes para que les entregue mi activo fundamental, mis ficheros? Creo imprescindible el surgimiento de una plataforma interna al sector que tenga en cuenta a la pequeña edición independiente, al margen de que piense que la mayor parte de esas plataformas surgidas a diario desaparecerán en los próximos años. Ahora bien, si Cegal lo que se plantea es implementar un enlace desde la web todostuslibros.com se equivoca totalmente, esto es una chapuza; si está pensando en construir la gran plataforma del libro digital español acertaría y tendría aliados naturales, que no tendrían inconveniente en incorporarse al proyecto desde el comienzo. Desde fondos Feder al Plan Avanza se pueden utilizar para montar el proyecto, pero hay que hacerlo bien, hoy ya no se puede salir al mercado con cualquier «chapucilla» hecha por un cuñado o por el vecino del adosado. Esperaré acontecimientos antes de emitir juicios de valor.

El que la Feria vaya a ser gestionada por una Fundación es importante para la aportación de patrocinadores, pero en los aspectos de diseño y organización no creo que cambien gran cosa, tenemos la feria que queremos, y al público le gusta, las encuestas que años atrás se hicieron así lo mostraban. Si hoy no vendemos o vendemos mucho menos que años atrás no es problema del diseño del «concepto» de la feria, el problema está en otros lados, en este punto la feria y sus organizadores son inocentes. Y esto debe quedar claro.

Y para dilucidar si lo que se quiere es una nueva feria hago una propuesta: una encuesta online a todos los expositores de este año. Es así de simple. A mi modo de ver nos llevaríamos una sorpresa, negativa por supuesto.

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