¿Hemos tocado fondo? | Antinomias Libro

¿Hemos tocado fondo? | Antinomias Libro.

Manuel Gil. 16/09/2013

La semana pasada tuvo lugar una reunión en Madrid de varios editores para analizar la situación. Los datos de 2013 estaban siendo malos, muy malos, y las liquidaciones desde la feria del libro para acá han sido paupérrimas, hasta el puno de que algún editor comentó que había vendido más «digital» que papel en agosto (en dinero). Surgieron así dos temas que mueven a reflexión.

  • Si los libreros ya no compran y casi todo va en depósito es obvio que las superdevoluciones deben acabarse en breve, el fondo de ciertos editores en las librerías se ha reducido en porcentajes enormes, algún editor habla de hasta un 80%, lo que resulta evidente es que el fondo de libros en las librerías se ha ido volatilizando en estos años.
  • Producto de unas liquidaciones de «indigencia» y de la carencia de compra en firme, se volatiliza la «financiación» de la edición. La edición de un libro depende ya abiertamente del comportamiento en el mercado del que se haya publicado con anterioridad, y la situación actual coloca a muchas editoriales abiertamente al borde la supervivencia. La inexistencia de rentabilidad en la edición es un hecho absolutamente contrastado.

Algún editor considera que la crisis ha tocado fondo y comenzará una leve recuperación en unos meses. En mi caso, maticé, considero que la situación para el libro no ha tocado fondo, que no hay ningún «brote verde» y que la crisis se agudizará en los próximos meses. La contracción del consumo es tan brutal que hace imposible pensar en ninguna recuperación a medio plazo. Un tema interesante que introdujo en la conversación un editor (sociólogo de formación) es el del perfil del comprador habitual de libros hoy en paro. Se tiende a hablar del «desempleo juvenil» y se habla poco del desempleo de la «generación de los 50», que ha sido el motor de la compra de libros en España. La crisis y la «reforma laboral» se han cebado con trabajadores de empleo indefinido, pensemos en que son casi dos millones los desempleados que están en una horquilla de edad entre 45 y 58 años, con una gran porcentaje en una situación de desempleo de larga duración, y la conclusión es que esta generación no va a comprar libros durante mucho tiempo.

A todo esto los costes de la edición siguen subiendo. Los editores que editan digital han recibido en estos últimos día una factura de la Federación de Editores en la que se les reclamaba lo siguiente:

Estimados Sres,

En relación al cobro de los servicios extraordinarios de DILVE, como lo es la pasarela DILVE-Libranda, tal y como les indicamos mediante una carta informativa enviada el 10 de julio, comunicarles que se ha producido una pequeña variación de precios a la baja, que ya ha sido recogida en la factura enviada y que obedece al siguiente detalle por tramos:

  • Los primeros 100 títulos a 2,5€/título/año, con un mínimo de 60€/año.
  • Del 101 al 250, a 2€/título/año
  • Del 251 al 400, a 1,5€/título/año
  • Más de 400 a 1€/título/año

Como saben, la idea es financiar el coste del desarrollo que es necesario hacer respecto a Libranda.

Ahora resulta que un requerimiento de Libranda (así lo entiendo yo tal y como lo dice la carta que me muestran) lo acaban pagando los editores, que por cierto, a menor tamaño mayor coste unitario. Esto es indefendible y muestra que la Federación, cada vez más una oficina de recaudación, se aleja alarmantemente de la problemática del editor independiente. No debe extrañar a nadie que ya muchos editores estén hablando en público de nuevas formas de asociacionismo. En este sentido me aseguran que muchos editores no piensan pagar la factura, consideran que si les hubiesen advertido de este extremo hubiesen subido los precios con una hoja de Excel.

Termino, creo que la crisis va para largo y se va a llevar por delante a muchas empresas del sector, si con unas ventas estabilizadas la rentabilidad era muy baja, ahora ésta se ha volatilizado. Creo que el horizonte 2018 debería servir para trazar un plan de reconversión y relanzamiento del libro. El sector ha perdido en estos últimos cuatro años casi un 40% de su tamaño. Cuando me comenta un amigo que trabaja en un hiper que se ha disparado la venta de «casquería», el pensar en vender libros es una ilusión

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