Las doce mentiras del mundo del libro. Por Txetxu Barandiarán

Las doce mentiras del mundo del libro | cambiando de tercio.

Txetxu Barandiarán. cambiando de tercio. 08/10/2013

Escribía ayer Diego A. Manrique un sugerente artículo en El País que con el título de Las doce mentiras abordaba algunas falacias en torno al mundo de la música.

Creo que lo dicho tiene un gran paralelismo con el mundo del libro así que ahí van las doce mentiras del mundo del libro en un casi-casi corto y cambio sobre lo escrito por Manrique.

  1. El dilema no está entre libro digital y físico; ambos soportes van a convivir largo tiempo.
  2. El buen libro siempre encuentra su público. Un mantra que repiten incluso los que venden los libros más infames. Deben relegarlo al mismo cajón de mitos que “los niños vienen de París” o “el crimen se paga”.
  3. Un escritor puede vivir explotando su nicho. Deriva de la teoría de “la larga cola”. Simplificando: tiendas de stock infinito, como iTunes o Amazon, permiten la supervivencia de propuestas minoritarias. Resulta tentador depositar la fe en ese principio pero las cifras son tozudas: “Está bien contar con la larga cola pero, si no tienes producto en la cabeza, ese 20% de productos más demandados, lo pasarás mal”.
  4. El hundimiento de los grandes grupos editoriales facilita la emergencia de propuestas frescas. Recuerden: Internet, Bubok, Googlebooks y derivados iban a permitirnos puentear a los gigantes del libro. Sin embargo, hoy sufrimos un atasco de millones de textos caseros que nunca han amenazado la hegemonía de las multis.
  5. Morirán las grandes editoriales. Gozosa unanimidad: todos, incluyendo sus antiguos empleados, se apuntaban para martillear el último clavo en los ataúdes de Planeta, Santillana, Océnao o Berstelmann. Pero ninguno ha fallecido. Aunque algunas están debelitadas, las grandes editoriales conservan las doradas reservas de sus inmensos catálogos y el know how para vender libros de gran consumo.
  6. Los formatos digitales son más rentables y los soportes físicos desaparecerán. Ya, ya. Pero nunca nos explicaron los motivos de que Amazon tardara tantos años en dar beneficios. Y los países que mejor soportan la crisis del libro —Francia, Alemania— mantienen robustos mercados de precio fijo y una producción en soporte papel francamente envidiable. No es “uno u otro”; la escurridiza realidad suele inclinarse por “uno y otro”.
  7. El modus vivendi de los escritores está en los ‘Hay festival’ y los bolos de presentaciones. Era la oferta que no podías rechazar: “Regala tu libro —te lo vamos a quitar de todos modos— y grandes multitudes acudirán a tus charlas, presentaciones y saraos que ya empiezan a ser de pago”. Hoy vemos escritores que mendigan artículos, que malvenden conferencias o que actáun de negros teloneros de otros escritores. Las “grandes multitudes” están en sus casas, viendo el partido de la jornada.
  8. Está emergiendo la “clase media” de los escritores. No usarán limusinas ni hoteles lujosos pero ganarán lo bastante para financiar su creatividad, pagar la hipoteca y alimentar a su familia. La teoría se ha transmutado en el agobiado escritor a tiempo parcial, que escribe por las tardes o los fines de semana.
  9. Nubico es la solución. Eso creen escritores y editores a los que machacan con “el futuro está en el streaming”. Hasta que les llega el cheque por el uso de su libro y es calderilla. Nadie duda de las ventajas de Nubico pero todavía debe demostrar que estamos ante un modelo económicamente viable: es tan joven que ni siquiera se puede hablar de que sea una realidad todavía.
  10. Google y Amazon. Nos aseguran: “Te damos difusión”. En realidad, sus usuarios somos proveedores de contenidos y público cautivo. Su interés por el libro es dudoso: Amazon tiene filtros para eliminar los comentarios que no le gustan o censurar en sus promociones determinados libros pero no hay un mecanismo automático similar para borrar libros que —con las leyes en la mano— no hayan sido subidas por sus legítimos propietarios. Malo para los profesionales, bueno para los lectores curiosos curiosos.
  11. El negocio está en el merchandising, estúpido. No sacarás dinero de la venta de libros, apenas cubrirás gastos con ellos seas autor o librero: la pasta está en el merchandising. La verdad: a no ser que triunfes a lo grande o tengas un culto alrededor de tu proyecto, considéralo una limosna.

Me hago cargo: ofrecer esta lista parece un ejercicio deprimente. Un regodeo en la miseria. Pero nadie tiene aquí soluciones milagrosas y el primer paso consiste en desmontar los espejismos, las piruletas con las que nos tienen engañados.

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