¿Por qué muchos autores indies rechazamos a las editoriales?

¿Por qué muchos autores indies rechazamos a las editoriales?

mercedespinto.wordpress.com

Han pasado ya casi siete años desde que hice mi primera incursión en la autoedición. Por entonces, también yo desconfiaba de esta modalidad de publicación. Rechazada por las editoriales convencionales y después de que un editor me estafara con una de mis novelas, consideré que solo quedaba un camino, ir por mi cuenta, «como todos los parias», pensé. No abrigaba esperanza alguna, estaba convencida de que era una salida desesperada y de que en realidad mis historias no merecían una opción más digna.

Fuente original:

¿Por qué muchos autores indies rechazamos a las editoriales? | Soy mi palabra.

La primera obra que autopubliqué fue Maldita, aunque anteriormente ya había escrito tres que casi me llevan a la ruina. Apenas pasaron tres meses cuando esta novela llegó a número uno del Top 100 de Amazon. Cada vez que veía el ranking tenía que frotarme los ojos para asegurarme de no estar sufriendo una alucinación.

La confianza en mí misma como escritora estaba tan minada que intentaba encontrar cualquier explicación lógica a tal barbaridad. Tal vez el algoritmo de Amazon estuviese dando errores y pronto me avisarían disculpándose, o sencillamente los lectores de libros autoeditados eran en verdad poco exigentes y en breve el libro volvería al submundo del que no debió salir.

Porque, a ver, las decenas de editoriales que habían rechazado la novela no podían estar equivocadas, ¿no? Eran profesionales con experiencia, ¿cómo podían cometer tal torpeza? ¿Cómo era posible que sola, sin apoyo editorial, hubiese llevado mi libro tan lejos? Cada día amanecía pensando que el sueño se habría desvanecido. Pero no, Maldita seguía conquistando lectores gracias a las excelentes críticas. Del mismo modo ocurrió con las siguientes obras que fui subiendo a las plataformas de ventas. Esto hizo que, de repente, ocurrieran tres hechos que durante años se me antojaron meras quimeras: mi nombre se hizo un hueco en la literatura contemporánea, conseguí muchos miles de lectores fieles y comencé a ganarme la vida con el oficio que más me apasiona.

Como muchos sabéis, los contratos no tardaron en llegar, precisamente de las editoriales que anteriormente me habían rechazado.

Con este artículo me gustaría borrar toda sombra de duda sobre el mundo  de los autores indiesy recordar a todos los que siguen desconfiando de la capacidad del autor independiente que somos muchos los que trabajamos muy duro, con toda la pasión y toda la profesionalidad.

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¿Aún no conoces a Maldita? Pica en el enlace para descubrirla

Nosotros, los autoeditados, no delegamos en otros, somos responsables directos del resultado final y puedo asegurar que en muchas ocasiones es mejor que el de editoriales de renombre. Por poneros un ejemplo que conozco bien, mis novelas peor corregidas son precisamente las que están editadas con grandes sellos. Es así de triste y de cierto; me consta que algunas de mis obras ni siquiera fueron leídas.

A pesar de mi fama de autora independiente, sigo recibiendo ofertas de editoriales conocidas; propuestas que harían alucinar a cualquier escritor en sus comienzos, como hace años me ocurrió a mí. Pero, en realidad, son casi idénticas a las que acepté en su momento: yo me ocupo de casi todo y ellos me dan un adelanto a convenir (que yo pagaré con mis royalties, no lo olvidemos) y me ponen su sello a cambio de quedarse con gran parte de los beneficios.

Si os digo la verdad, me encantaría volver a firmar con una editorial que distribuyera mis libros en papel por todas las librerías del mundo hispano. Me encantaría. Pero ya conozco el proceso y cómo los editores manejan sus empresas.

En este punto quiero aclarar que Amazon Publishing ha sido la única editorial que hasta el momento me ha ofrecido contratos interesantes y magníficos servicios editoriales, además de ser también la única ––que yo conozca–– que paga mensual y religiosamente. Por eso he firmado tres veces con esta empresa y seguramente volveré a hacerlo.

Como en mi caso, sé de muchos escritores que rechazan contratos y eligen la autoedición como la opción más razonable y beneficiosa para sus obras y para ellos. Así que acabemos de una vez con el mito de que los autores indies son rechazados por las editoriales, porque el proceso se está invirtiendo: ahora son los autores indies quienes rechazan a las editoriales.

Para terminar, quisiera dejaros un dato tan simple como esclarecedor: por cada lector que lee uno de mis libros con el sello de una gran editorial española hay veinte que leen mis obras autoeditadas. Sí, es un hecho. Esto tiene muchas lecturas: que a mis lectores les importa poco que autopublique, que la calidad de una obra no es directamente proporcional a la magnitud de la editorial, que se puede ser escritor sin que el clásico padrino te toque el hombro con su varita mágica, que por alguna extraña razón las editoriales clásicas impiden que lleguemos a nuestros lectores en potencia y que es totalmente absurdo ceder la mayoría de los beneficios a una empresa incapaz de prestar los servicios mínimos exigibles.

Solo espero que los editores se den cuenta de los errores que están cometiendo y revisen su política interna para que ambas partes, autores y editores, nos reconciliemos; porque lo cierto es que el escritor necesita los servicios editoriales y las editoriales no pueden sobrevivir sin nosotros.

Por si todavía hay quienes desdeñan el mundo de los autores indies…

No quiero despedirme sin dar las gracias a todos los que me estáis dando feedback por mi última obra autoeditada: Melodía para un forense.