Ricardo Cayuela: “México se hace fuerte en el mercado editorial tras la pérdida de Barcelona”

Ricardo Cayuela: “México se hace fuerte en el mercado editorial tras la pérdida de Barcelona”

KARINA SAINZ BORGO / vozpopuli.com

Es escritor y editor. Hijo de catalanes que migraron a México tras la Guerra Civil e incluso, descendiente de Lluís Companys. En Ricardo Cayuela se entrecruzan suficientes caminos: el literario y el periodístico, el empresarial y cultural. Esa condición, y la experiencia asociada a ella, lo llevaron a dirigir Penguin Random House México desde hace tres años. En sus manos está uno de mercados más importantes de América Latina. Su biografía personal y profesional explican por qué la suya es una de las voces más autorizadas para hablar del libro en el mapa de Hispanoamérica.

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Ricardo Cayuela: “México se hace fuerte en el mercado editorial tras la pérdida de Barcelona”.

Cuando Ricardo Cayuela aterrizó en el III Foro Edita hace unos días y soltó el bombazo sobre una Barcelona que parece dispuesta a renunciar a su capitalidad internacional de la edición en español, lo hizo porque conoce muy de cerca el papel de la capital catalana como verdadero puente con América Latina. Cayuela estudió Letras Hispánicas en la UNAM y ése no es un dato cualquiera. «Por mi raza hablará el espíritu», esa frase de José Vasconcelos que hace las veces de frontispicio de esa casa de estudios, la más importante de México.

Conoció de cerca a autores fundamentales como Octavio Paz, el Nobel de Literatura que sostiene los pilares del México moderno. Fue jefe de redacción de La Jornada Semanal cuando Juan Villoro fue su director y también trabajó en Editorial Clío. Asumió el papel de jefe de redacción de la revista de pensamiento Letras Libres-heredera de Vuelta-. Estuvo al frente de aquel faro hispanoamericano desde su fundación, con Enrique Krauze, en 1999. Y lo hizo a ambos lados del Atlántico: en su edición mexicana y la española. Casi diez años.

Antes de dirigir Penguin Random House México, un coloso de región que forma parte de uno de los grupos empresariales más poderoso del sector, fungió́ como director general de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México durante dos años, la máxima instancia oficial del libro en su país. Es autor de los libros La voz de los otros, Para entender a Mario Vargas Llosa, Las palabras y los díasy El México que nos duele. Su visión, pues, se reparte en dos territorios que atraviesan el mundo editorial, aquel donde coinciden lo empresarial y lo literario, España y América. ¿Está ganando terreno América Latina? ¿Pierde fuste España? Esas son algunas de las preguntas que contesta en esta entrevista concedida a Vozpopuli.

Hace diez años, un autor latinoamericano tenía que pasar por Barcelona o Madrid para hacerse visible en su región, ¿eso ha cambiado?

Sigue siendo así. Es necesario. Aunque no lo digamos, tenemos muy mala relación entre los países latinoamericanos. No porque nos llevemos mal o porque no exista empatía, sino en términos de recepción. Un autor valioso de México piensa que tiene que ser leído, conocido e impulsado desde España y no desde Argentina, Colombia o Chile.

¿Es un asunto de prejuicios? ¿O de logística?

Es una cuestión de idiosincrasia cultural. Por eso sigue siendo necesaria la validación española. Lo que yo he venido a decir aquí es justo eso. La pregunta clave en todo este asunto es si Barcelona quiere seguir siendo la capital de la edición en español. Es un asunto crucial, porque en América Latina hace falta una neutralidad que no tiene Madrid, porque es la vieja metrópoli, es vista como algo colonial. Barcelona sí puede servir de interlocutor y espejo ¿La ciudad quiere ser un parque temático o quiere ser el corazón vivo de una lengua de 350 millones de habitantes? Al Renunciar al español, Barcelona estaría cometiendo un suicidio cultural.

«Al renunciar al español, Barcelona estaría cometiendo un suicidio cultural», dice Ricardo Cayuela

Barcelona fue el laboratorio del Boom, humana y editorialmente.

Barcelona inventó el Boom latinoamericano. Pero te diré más. Barcelona fue el primer lugar donde se editó el Quijote. Es la capital editorial de la lengua española desde siempre. Es una sociedad mestiza, comerciante, diversa… Al querer encajar esa diversidad en la lengua natural del territorio, no puedes impedir ni pretender que no conviva con el español. Es importante, de cara a los autores latinoamericanos y a su mercado natural, que es Hispanoamérica, saber si Barcelona quiere seguir siendo la capital de la edición en español.

No entiendo. ¿Cómo, aún con una estructura como Penguin Random House México, prevalece la necesidad de un autor de pasar por España?

Intentamos que no sea así. Hay una gran autonomía en ese sentido. El mercado editorial en México ha ganado una fuerte presencia de cara a la pérdida de Barcelona. Un ejemplo de eso es la Feria del Libro de Guadalajara, que es el espacio donde todo el mundo quiere estar.

«El mercado editorial en México ha ganado una fuerte presencia de cara a la pérdida de Barcelona. Un ejemplo de eso es la Feria del Libro de Guadalajara»

¿Cuál es su rango de influencia regional? ¿Cuántos títulos editan al año? ¿Qué magnitudes económicas tiene Penguin Random House México?

Nosotros llevamos México y Centroamérica. Cada una de las casas es independiente. Algunas son muy fuertes y cada una tiene un director editorial y un plan editorial local muy potente. Este año, en México, vamos a hacer 800 títulos, entre todos los sellos. La casa en México ha sido muy exitosa en resultados económicos y en proyección de autores. México es un mercado de No Ficción comercial que va desde la autoayuda más básica hasta el periodismo más combativo. Es un mercado de no lectores y eso lo ves por el poco movimiento que tienen las novedades literarias duras. Es verdad que una vez que entran tienen una penetración y un efecto muy importante, pero cuesta mucho más que la No Ficción. Son importantes sellos como Debate, Taurus, la parte ensayística de Alfaguara o de la Literatura Random House. Además, claro, de Grijalbo, que es la gran editorial mexicana fundada por catalanes exilados.

Usted ha sido periodista, escritor y editor. Tiene la visión oficial del libro con Conaculta y ahora la comercial con Penguin.  ¿Cómo cambia la perspectiva?

La Dirección General de Publicaciones de Conaculta es algo raro, porque en realidad es la Oficina del Libro y la Lectura. Más que publicar, funge como la máxima instancia del gobierno federal en los temas de lectura y las políticas del libro. Sobre ese tema, diría que la tarea en el gobierno es concretar y propiciar todos los proyectos de interés cultural, independientemente de si son viables económicamente o no. En Penguin Random House es casi lo contrario: hacer que todos los proyectos tengan una viabilidad económica, independientemente de su interés cultural. Ambos son interesantísimos. Es mucho más retador el actual. La gente dice, sobre algunas de nuestras líneas: es una editorial comercial. A ver, invéntate un proyecto comercial. Haz que un libro sea atractivo para más de diez mil personas y que quieran desplazarse a una librería o lo ordenen por internet y paguen 15 dólares para tenerlo. No es cualquier cosa. Es extraordinariamente difícil.

«La gente dice: es una editorial comercial. A ver, invéntate un proyecto. Haz que un libro sea atractivo para más de diez mil personas»

¿Cuál ha sido su gran acierto en estos tres años frente a Penguin Random House?

Hemos publicado una cantidad de libros brutales. Hemos desarrollado una línea de ‘influercers’ que no estaba bien perfilada. Ahí publicamos a German Garmendia con más de cincuenta o sesenta mil ejemplares. Hemos hecho libros de investigación periodística sobre temas delicados en México y que han funcionado muy bien. Tenemos grandes bombazos comerciales de No Ficción, todos los años. Pero mi reto personal es cómo construir un catálogo. Cómo hacer que los libros literarios estén vivos sin perder dinero.

¿Cuáles son sus autores literarios en este momento? 

Hay muchísimos. Literatura Random House tiene los autores jóvenes más importantes y brillantes de México: Fernanda Melchor, Julián Gerber, Emiliano Monge, Martín Solares. Tenemos Alfaguara con el ‘mainstream’ literario de México. Ahí está David Toscana. Rosa Beltrán, Enrique Serna, son escritores con salida comercial sin dejar de ser literarios. Tenemos  muchísimos periodistas con veta literaria. El catálogo es muy amplio. La pregunta es cómo lo vas a renovar, cómo vas a descubrir las nuevas voces para Literatura Random House y cómo vas a consolidar a los autores de Alfaguara. Eso es a lo que más dedico tiempo.

«México es un mercado más maduro que el resto de América Latina, sobre todo el de Argentina, cerrado a la importación de los teléfonos y las tabletas»

El Alfaguara de este año, Jorge Volpi, conserva elementos de ese catálogo que dibuja. Una novela criminal parte de la No Ficción.

Es una novela de No Ficción que tuvo la suerte de ganar el premio.  No sabíamos nada. La maravilla de ganar el Premio Alfaguara es que es un premio limpio y se presentan los manuscritos con seudónimos. Así que cualquiera puede ganar cualquier. Yo me enteré quince minutos después del fallo del jurado. Eran las cinco de la mañana en México.  Jorge (Volpi)  no pudo hacer muchas entrevistas debía entrar al consejo de la UNAM y el rector le pidió que asistiera, independiente de su vida de escritor. Eso me gusta. El Premio Alfaguara no está asignado previamente. Una novela criminal es un libro valiente, que resuelve desde la subjetividad del que investiga, la naturaleza literaria de una investigación que podría ser periodística.

América Latina tiene una situación económica muy dispar. Argentina no tiene la misma situación económica que México. ¿Cómo funciona el comercio electrónico del libro?

El libro electrónico es una plataforma importante para nosotros. Todos los libros de los cuales México es el dueño del contrato tienen un e-book elaborado en México. Tenemos una redacción que los produce y los vendemos desde nuestra propia plataforma. El e-book te permite, sin vulnerar la ley del libro, un juego de precio y promoción, porque con un click puedes cambiar su puesta en el mercado a través de distintas plataformas. Nos va muy bien. Es un porcentaje creciente e importante.

«Creo además que hay una convivencia muy sana entre en papel y el libro digital»

¿De cuánto?

Alrededor del 8%. México es un mercado más maduro que el resto de América Latina, sobre todo el de Argentina, que estuvo cerrado a la importación de los teléfonos y las tabletas. Si no tienes la plataforma, no puedes leer en digital, aunque hay que decir que Argentina va a comenzar a crecer. Creo además que hay una convivencia muy sana entre en papel y el libro digital. No creo que el peligro que se veía hace diez años sobre  la posibilidad de que el formato digital pudiera matar al papel exista todavía. Hay que saber cuáles líneas de negocio en papel ya no tienen sentido, no tanto porque las sustituya el libro digital sino porque la sustituye el mundo virtual, que es lo que ocurrió con las enciclopedias.

El audiolibro se ha puesto de moda. ¿Por qué?

Antes requerías de un artilugio, un aparato para escucharlo. Era un sistema muy antiguo, un cedé. Se vendía como un formato físico, por lo que tenías que contar con la disposición anímica de conectarlo. Hoy, como el audio se comporta como los libros digitales, lo bajas en tu teléfono o tu Tablet y ya. No tienes que ir a comprarlo, ni conectarlo, ni almacenarlo. Tiene todas las ventajas del libro digital y encaja muy bien con nuestro tiempo: todo el mundo está haciendo varias cosas a la vez y la capacidad de concentración no es la misma. De ahí la naturalidad con la que puedes estar escuchado una historia que te interesa. Además, el audiolibro cierra el ciclo del pacto original de la literatura, que nació siendo oral, a la gente le gusta que le cuenten historias y eso viene desde la época de las cavernas. Creo que es un formato ganador.

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