Sin margen no hay paraíso: sobre el Congreso de Libreros de Sevilla

Sin margen no hay paraíso: sobre el Congreso de Libreros de Sevilla

Manuel Gil / antinomiaslibro.wordpress.com

La semana pasada estuve en el Congreso de Libreros, aunque me gusta mucho más decir Congreso de Librerías, sobre todo cuando escuché que más del  60% del personal que trabaja en las librerías son mujeres. Después de 7 años sin reunirse el Congreso  la necesidad de celebrarlo era evidente, sobre todo por lo que ha llovido en estos años de crisis, con una importante desaparición de librerías, muchas de ellas de fondo.

Fuente original: Sin margen no hay paraíso: sobre el Congreso de Libreros de Sevilla – Antinomía libro.

Si el Congreso de 2011 de Las Palmas fue un congreso de tipo ejecutivo y decisorio, sobre todo en temas de renovación tecnológica, en este se reflexionaba sobre la evolución de todo lo que se puso en marcha en aquel, en un período especialmente crítico para las librerías, con la crisis como fondo, y se abría el debate sobre la estrategia a seguir a partir de ahora, una hoja de ruta a futuro.

No voy a hacer una crónica pormenorizada del Congreso, he visto en estos días la aparición de “varias reseñas” bastante buenas y completas del desarrollo del mismo. Me voy a centrar en dos temas que han sobrevolado el congreso y que a mi juicio son centrales para explicar muchos de los problemas que aquejan a las librerías: por un lado el tema del margen y la fragilidad económico-financiera de las librerías, y por otro la hipotética evolución de “todostuslibros” hacia una plataforma de comercialización.

La presentación de Juan Miguel Salvador (Librería Diógenes), muy rigurosa en los datos y rica en matices, planteó el dilema, aunque el tema también apareció en la presentación de Enrique Pascual (Librería Marcial Pons).

Señaló Salvador: “El margen es muy bajo y además presenta una cierta tendencia a menguar”.  La respuesta sería obvia: hay que incrementarlo. ¿Pero cómo y de dónde? A mi juicio parece razonable que las novedades incrementasen algún punto el descuento al librero, sobre todo si se produce una concentración en la distribución a nivel nacional, como así apuntan algunos elementos de la tectónica de placas de este eslabón de la cadena,  y en el caso de la reposición de libros de fondo, considerado fondo a partir de uno o dos años desde su aparición, debería ser puesto a la venta con descuentos del 50% al punto de venta. Los libros en los almacenes son coste puro para el editor, almacenaje, ubicación, picking, packing, etc… El dar salida a miles de libros de fondo con descuentos muy superiores reduciría enormemente el coste de inmovilizado del editor y permitiría a las librerías vender producto con márgenes muy superiores, se puede incluso considerar en este punto el acordar que un descuento de ese nivel de puntos viese limitado el nivel de devolución.

La situación actual de las librerías muestra que, pese a una disminución del stock en firme frente al depósito, pues este ha crecido como era previsible en estos años de crisis, “el inventario neto pagado crece, es decir, se incrementan los recursos propios para financiar el fondo”, quizá por disminución de la rotación. Esto conlleva que el beneficio final sea mínimo cuando no negativo. Si entendemos que el Beneficio es igual al margen comercial por la rotación, un margen raquítico y una disminución de la rotación conlleva casi inevitablemente estar al borde de las perdidas, como así demostró Juan Miguel Salvador.

La presentación de Salvador tenía por título “¿Pero qué ha pasado aquí? La crisis vista por el Observatorio de la Librería”. Podía dar la impresión de que la situación actual era producto de la crisis que ha asolado al libro, sin embargo, y desde mi punto de vista,  hay que rastrear el problema desde antes del comienzo de la crisis. ¿Ha sido la crisis el desencadenante de la situación de fragilidad de las librerías? A mi modo de ver no, la crisis ha acentuado y exacerbado las contradicciones acerca de la insostenibilidad de un modelo, pues la mayoría de los problemas, y en especial el del margen,  hace tiempo que subyacían en el ecosistema del libro, los problemas estructurales venían de antes. La crisis rompió puentes y  fragilizó todavía más el ecosistema,  pero la mayor parte de las causas son anteriores.

Durante los años anteriores a la crisis nos estuvimos autoengañándo respecto a la salubridad de las librerías. Por un lado unos niveles de ventas muy estables debido a la buena marcha del consumo, y por otro por las potentes políticas de dotación de adquisiciones para las bibliotecas, confluían en una relativa estabilidad de las ventas en las librerías. Si se consultan los datos del informe de situación de CEGAL de 2010 (con datos de 2009), los datos que allí aparecían de liquidez, tesorería, disponibilidad, fondo de maniobra, existencias y rotación de existencias ya eran preocupantes, y obviamente con la irrupción de la crisis acabaron por revelar su verdadera magnitud en cuanto a deterioro. Comparto aquí algunas deficiencias que el modelo presentaba antes de la llegada de la crisis:

  • Un insuficiente proceso de acumulación de capital derivado de los márgenes y del aumento continuado de los costes fijos sin una proporcionalidad directa con los aumentos de ventas.
  • La dificultad  de ocupar más espacios en la cadena de valor conllevaba el no poder avanzar en procesos de integración vertical.
  • La atomización general delas librerías hacía también muy compleja el desarrollar procesos de  integración horizontal.
  • Una diferencia sustancial de margen respecto a las librerías de otros países europeos. No olvidemos que en Francia y Alemania, el descuento medio de las librerías es entre 7 y 8 puntos mayor que en España.
  • Una sobreproducción editorial tremenda determinaba que los canales de distribución estuviesen al límite de su elasticidad.
  • Esta sobreproducción de novedades a absorber implicaba en muchos casos un descenso de libro de fondo en los stocks.
  • Las posibilidades de facilitar una competencia vía servicio a las librerías era muy escasa.
  • Un gran volumen de venta al margen de las librerías y cadenas. Pensemos que un 40% de la cifra de facturación en comercio interior está al margen de éstas.

La situación hoy, en 2018, es levemente mejor, pero con muchas cautelas, el consumo cultural presenta unos incrementos que permiten pensar en brotes verdes en cuanto a ventas de las librerías, pero no parece razonable sacar todavía la tuna compostelana.

El segundo tema sobre el que centro mi atención y que apareció en el Congreso fue el de la evolución posible de “todostuslibros“. La reconfiguración de la librería española debería partir de un análisis de tendencias demográficas, de evolución de las rentas, y de nuevos hábitos de consumo en las generaciones más jóvenes. Y las proyecciones que se hacen para España a nivel demográfico apuntan a una reducción y envejecimiento poblacional enorme, en cuanto a la renta disponible en el bolsillo del ciudadano no es previsible que nos acerquemos al sueldo medio de los suizos, y los cambios en los hábitos de consumo de libros muestran una tendencia estructural hacia el ecommerce, la última radiografía que he leído sobre este tema nos habla de un 32,3% de hogares comprando por Internet, porcentaje que desciende al 24,5% para la compra de libros. Los datos de desplazamiento desde las librerías físicas hacia las online, fenómeno que se está produciendo tanto en Estados Unidos como en Europa, muestran una tendencia al alza. Y en el caso de España, pese a la imposibilidad de conocer la cifra real, escucho voces que comienzan abiertamente a alarmarse, pues todos sabemos quién es el rey del mambo en comercio online del libro. Y no me refiero a venta de libros electrónicos, sino al sumatorio de papel y digital.

¿Debería todostuslibros convertirse en una plataforma de servicio al lector mediante un proceso de registro y compra única? A mi modo de ver sí. Tal y como esta ahora este buscador de ubicaciones es útil, pero no da respuesta a las tendencias actuales del consumo. Ahora mismo hay un número indeterminado de librerías enganchadas a Amazon, por tanto  engordando al enemigo. Lo que me lleva a hacerme una pregunta. ¿No sería bueno que las cerca de 700 librerías enganchadas a “Librired” pasasen a comercializar desde todostuslibros,  de manera centralizada, construyendo una base de datos de compradores y analizando posteriormente el comportamiento de esos lectores en la plataforma, para deducir patrones y clusters de compra y visita? No se trata de competir con Amazon, o sí, pues lo importante y decisivo es la adaptación a los nuevos parámetros del consumo.

Una de las razones que intuyo sobre este cambio de hábitos de compra, tiene que ver con el cambio generacional en al acceso al consumo y, en cierta medida, la influencia de la crisis en cuanto a los diferenciales de costes de transacción. La llegada al mercado de generaciones jóvenes que no tienen ningún problema en contratar por Internet todo tipo de servicios pero que tienen rentas muy limitadas es el cocktel que puede explicar la situación.

No me engaño al pensar que la evolución de “todostuslibros” es compleja y costosa, requiere alianzas y partners que apoyen tecnológicamente, al margen de un desarrollo logístico muy importante, el reto es de gran envergadura, pero a mi juicio inaplazable.

Para terminar, creo necesario insistir en varias cuestiones que me han llamado muy favorablemente la atención en este Congreso:

  • Se observa una renovación generacional muy profunda de las librerías. De hecho me llamó poderosamente la atención no conocer a muchísimos asistentes muy jóvenes en el congreso.
  • Hay consenso generalizado entre la administración y los editores respecto a que las librerías deben ser defendidas.
  • La vuelta al nivel de adquisiciones para bibliotecas de todas las administraciones debe pasar por las librerías.
  • La nueva Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público, por la que se transponen al ordenamiento jurídico español las Directivas del Parlamento Europeo y del Consejo 2014/23/UE y 2014/24/UE, de 26 de febrero de 2014, debe ser analizada en profundidad, pues no facilita la contratación a las pymes.
  • Se observa que se está conformando un lobby de la librería que intenta poner el libro en el debate público en la sociedad civil y en los medios.
  • La reflexión acerca de cómo aumentar el tráfico a los puntos de venta debe ser ya estratégica.
  • También me parece importante resaltar el cuidado de los símbolos que la nueva Junta Directiva de Cegal  está impulsando. Los homenajes a  mi admirada Concha Quirós (Librería Cervantes de Oviedo)y al gran  Paco Puche (Librería Proteo/Prometeo de Málaga) dicen mucho en favor de esta junta.

Y una conclusión que me parece importante destacar. Observo un cambio más que significativo en el ADN del sector, un algoritmo que denomino de las 4Cs: Cooperar, colaborar, compartir y comunidad. Intuyo que la idea de un procomun colectivo de libreros y editores comienza a visualizarse. A mi juicio, las librerías ganarán valor en la medida en que pierdan individuación para integrarse en redes, lo mismo es válido para la edición. Y quizá lo se impone es dotarse de una poderosa arquitectura organizacional semejante al “Börsenverein” alemán como forma de construir un lobby colectivo el libro que pueda influir ante las administraciones públicas, y poner el libro de manera permanente en el debate público. En este sentido, y tal y como he planteado en muchas ocasiones, el avanzar hacia un Congreso Nacional del Libro, es un reto que el sector debe comenzar a meditar.

P.D. Todas las ponencias del Congreso se colgarán en los próximos días en la página de Cegal, y los vídeos de las sesiones pueden ya visualizarse en el canal de Youtube Librerías CEGAL.

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