Traficantes de Sueños sigue creciendo | Madriz

Traficantes de Sueños sigue creciendo | Madriz.

Traficantes de Sueños es un amplio proyecto que lleva ya casi veinte años desarrollándose en la ciudad de Madrid. Y crecen despacio, pero sin pausa.

Por Curro Esbrí. madriz.com 03 FEBRERO 2015

Sus objetivos son la creación y la comunicación de discurso político teniendo como base una estructura económica alternativa y, para ello, emplean un lugar (la librería asociativa), una maquinaria de difusión de ideas (la distribuidora), un espacio de autoformación para producir estas ideas (Nociones Comunes), una productora de textos (la editorial) y un taller de diseño. Para Traficantes de Sueños (TdS) está claro que 2015 va a ser un año de crecimiento. Además del traslado a un local más grande (ahora están en Duque de Alba, 13), han puesto en marcha recientemente una serie de nuevos proyectos.

David, que trabaja en la editorial y es coordinador de la edición en castellano de la New Left Review, explica cómo encara su nueva etapa este complejo entramado cultural y político del que forma parte.

 

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Habéis elegido el nuevo local junto a la plaza de Tirso de Molina, donde parece ser que empezó TdS, según he leído en vuestra web. ¿Qué relación tuvisteis con esta plaza en un principio?

En nuestros inicios, hace ya veinte años, prácticamente, teníamos un pequeñito espacio en un local social de una fundación libertaria en la calle Hortaleza y aparte veníamos con nuestros libros a Tirso de Molina los domingos, donde había diferentes agrupaciones políticas, partidos políticos, asociaciones y demás. Era un lugar divertido de encuentro en el que compartir ideas. Por eso lo de que hemos vuelto al sitio del que procedemos. Aunque también es verdad que en aquellos años no solo íbamos a Tirso. Poníamos mesas en universidades, centros sociales… Íbamos donde veíamos que había gente a la que nos interesaba acercar determinados libros.

 

¿Y volver aquí es solo una cuestión práctica o hay algo de simbólico en la elección del lugar?

No, no. Puramente práctica, es decir, apareció la oportunidad de venir a este local y decidimos aprovecharla. Sí que es cierto que habernos desplazado a un barrio muy barrio, quizá nos hubiera costado.  Dependiendo cuál. Traficantes ha tenido siempre una proyección metropolitana. Podríamos habernos convertido en una librería de barrio y no hubiera pasado nada. Hay algunas muy recomendables. Muga, por ejemplo, o El Buscón… que hacen una labor estupenda. Pero la verdad es que nosotros nos hemos movido siempre por el centro y aquí hemos conseguido quedarnos.

 

¿Es solo un cambio de sede, o es un crecimiento?

Hombre, generalmente cuando cambias de lugar no desplazas simplemente los libros, los vuelves a colocar y ya está. Partiendo del hecho de que ahora compartimos el local con otros colectivos diferentes a aquellos con los que compartíamos, aunque haya algunos que se mantienen, y también de la propia configuración del local, al tener un escaparate que da a una calle que tiene mucho tránsito, pues claro, la nueva sede le da al proyecto una dimensión diferente, aparte del aumento de metros cuadrados. Imagínate que después de diecinueve años, este es nuestro primer escaparate. Por cierto, pintado por Miguel Brieva, un gran amigo, que nos ha hecho un favor. Para nosotros ha sido un cambio grande porque la gente ya no viene exclusivamente porque nos conoce o porque haya oído hablar de nosotros y nosotras, sino que hay quien pasa por la calle y se queda mirando el escaparate y entra. Es otra cosa, otra relación que no teníamos antes con la gente.

 

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Entonces, ¿cómo se estructura la nueva sede?

Tenemos tres zonas de librería. Una en la entrada, luego otra un poco más hacia dentro y después la parte de arriba, donde además tenemos un espacio para actividades en el que estamos metiendo ya ochenta personas, y también oficinas de trabajo. Esto es lo que gestionamos directamente Traficantes. Luego fuera tenemos un patio comunitario, que pertenece a todos los vecinos del edificio, y dos espacios más que utiliza la gente con la que compartimos local: uno gestionado por Senda de Cuidados, un grupo organizado por cuidadoras domésticas, y otro espacio polivalente con más grupos.

 

A la hora de hacer la mudanza pedisteis ayuda solo para llevar las cajas de un lugar a otro. ¿Cómo fue la cosa? ¿La gente os dio su apoyo?

He de reconocerte que fueron muchas cajas de libros. Todo el mundo al que le gusta la lectura y acumula libros, sabe lo que significa hacer una mudanza después de cinco años. Empiezas a hacer cajas y es un no parar. Acabas odiando el papel y dices, ¿qué hago yo con todo esto? (risas). Pues imagínate con todos los libros de la librería, más los de nuestra editorial, más los de la distribuidora… Con lo cual había cajas… montañas de cajas. Un cosa muy loca. A lo mejor hemos movido seis o siete palets de cajas. Para eso sí que pedimos ayuda y nos ha echado una mano mucha gente. Porque al fin y al cabo entendemos Traficantes también como un espacio en el que hay gente que colabora. Estamos los que percibimos renta, los asalariados, pero luego hay muchas personas que colaboran de una manera u otra. Y, bueno, en este caso hubo gente que colaboró dejándose la espalda moviendo cajas…

 

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 Lleváis ya un mes desde el cambio. ¿Cómo está funcionando la nueva sede? 

La verdad es que son fechas muy especiales. Hemos tenido veinte días, que van desde la pre-navidad hasta Reyes, que no puedes medir muy bien, porque siempre pasa mucha gente. También es cierto que pasaba más que en el anterior local, pero son momentos en los que no puedes apreciar claramente cómo funcionan las ventas, que han aumentado, aunque es pronto para hacer una comparativa. Lo que es interesante es que a la gente le gusta el espacio, nos felicitan por el cambio y eso siempre ayuda.

 

Por lo que veo en la web, además de con Senda de Cuidados, también estáis compartiendo esta sede con xsto.info. ¿De qué se trata?

Sí, xsto.info, access to info, acceso a la información, es una cooperativa con la que llevamos compartiendo espacio hace ya casi diez años. Son desarrolladores de software libre y trabajan todo el tema de redes, webs, montaje de redes, migraciones…

 

Hablando de webs, la vuestra no es nada sencilla de hacer…

Sí, nuestra web fue toda una obra de El Escorial. Para hacerla, aparte del trabajo de una compañera, que se pegó un currazo, contamos para la programación con la cooperativa Dafne, compañeras nuestras, y luego también nos asesoramos con bastante más gente, porque claro, montar una web grupal y hacerla tan a la carta, con una tienda online… La verdad es que no somos muy buenos en facilitarnos la vida (risas). Generalmente, todo lo que hacemos lleva consigo bastante complejidad y nuestra web lo demuestra un poco. Pero estamos muy contentos con ella. También hay que decir que para montarla contamos con la ayuda de una subvención del Ministerio de Cultura, de Industrias Culturales, y menos mal, porque si no el coste hubiera sido demasiado alto.

A finales del año pasado presentasteis la New Left Review en español. ¿Cómo os embarcasteis en esta aventura y cómo está siendo la respuesta del público?

Lo que hicimos fue recuperar la edición en castellano, que la había abandonado Ediciones Akalun año antes, en el número 73, y nos parecía… Bueno, hay que decir que nuestra relación con la revista empezó prácticamente cuando salió la edición en castellano en el 2000. En los primeros números que sacó Akal, ya estábamos allí. Parte del grupo de traductores y traductoras siguen siendo los mismos, porque es gente con la que nos relacionamos políticamente. El propio editor de la anterior edición es el mismo que está ahora, y es un compañero que conocemos previamente a la aparición de la revista. Entonces, cuando Akal dio por cerrada la etapa empezamos a darle vueltas, porque era un material suficientemente bueno para que fuera una pena que por el problema del idioma se interrumpiera su penetración en las esferas políticas y culturales en lengua española. Cualquiera puede acceder al material original, pero no todo el mundo sabe inglés. Así que nuestro curro ha sido buscar financiación externa y montar un proyecto de viabilidad para dentro de cuatro años que esperamos que funcione. Para esto contamos con el apoyo de dos instituciones públicas ecuatorianas. Una es la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación y luego el Instituto de Altos Estudios Nacionales, que es una universidad pública. Las dos financian los costes globales de la revista. Para hacer la mediación en Ecuador trabajamos con nuestros amigos de Trama, que no es la editorial que publica Trama & Texturas en España, sino una editorial ecuatoriana. Por otro lado, hay varios canales de distribución para la revista. Con esta nueva etapa lo que hemos conseguido es que se edite con licencia Creative Commons, y por tanto lo que hacemos con esto es que la revista esté colgada en la web…

 

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Claro, porque para vosotros es fundamental publicarlo con Creative Commons.

Sí, bueno, cuando nos reunimos con el comité central de la revista en Londres fue con lo que menos pegas nos pusieron. Al fin y al cabo, son gente con una sensibilidad política bastante cercana. Pusieron más interés en avisarnos de la ruina que es sacar una revista como esta, más que otra cosa (risas). Date cuenta que ellos llevan ya cincuenta y tantos años con ella y tienen un sistema de suscripciones bastante consolidado y aún así este año han tenido problemas porque han quebrado dos de las distribuidoras que tenían. Y lo que te decía, la distribución nosotros la hacemos por internet y luego Trama tiene su distribución en Ecuador, donde la revista en papel es gratuita, al estar financiada por instituciones públicas, y luego lo que estamos intentando es conseguir una distribución a nivel de Latinoamérica, cosa complicada. Hemos hecho varios viajes allá, pero como nuestra intención es conseguir socios o proyectos cercanos que hagan suya la publicación y distribución, pues eso siempre cuesta trabajo. En Argentina tenemos ya un pequeño pie puesto y luego en el resto, a través de alguna importadora de libros, pero poca cosa. Nos gustaría que la distribución fuera mucho mayor, pero nos parece que con poner el PDF bien indexado con descarga libre, ya estamos consiguiendo bastante.

 

Otro proyecto nuevo de TdS es Prácticas constituyentes. ¿De qué se trata?

Es una colección de libros que acabamos de sacar en diciembre y que también está respaldada por el Instituto de Altos Estudios Nacionales ecuatoriano, siempre con la idea de que ellos financian parte del trabajo. Básicamente, para que te hagas una idea, ellos pagan derechos, pagan traducción y nosotros hacemos edición, edición conceptual, corrección ortotipográfica, maquetación, la negociación de los derechos… Que está siendo bastante arduo porque, claro, en esta colección estamos llegando a un nivel de editoriales y de agencias literarias y demás con las que a veces negociar un Creative Commons o una descarga libre del PDF es un follón y es una pasta. Acabamos de sacar el cuarto título, Un New Deal para Europa. Crecimiento, euro, competitividad de Michel Aglietta y Thomas Brand, que es una lástima que haya salido un poquito tarde, aunque, bueno, nunca es tarde para un buen material y además con esto de la victoria de Syriza y los cambios que van a proponer Varoufakis y compañía… Es un buen libro de análisis que hace un recorrido sobre la construcción económica europea y sus propuestas no están del todo mal. Y estamos a punto de sacar el quinto título, que será por fin una traducción nueva del italiano de El poder constituyente de Toni Negri. Que también va a ser uno de los cursos de Nociones Comunes que vamos a lanzar a finales de febrero o primeros de marzo, de seis sesiones alrededor del libro. Además, vamos a tener al mismo Negri por aquí una semana, dando vueltas por España, en los otros nodos de la red con la que trabajamos, la Fundación de los Comunes, que es como el soporte o el lugar donde nos encontramos con proyectos similares al nuestro, otras librerías y espacios sociales y demás.

 

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Y ya, por último, ¿cómo es posible financiar un proyecto tan complejo como este?

Prácticamente en un noventa por ciento se financia con fondos propios, es decir, con la venta de los libros que publicamos y de los que distribuimos, con los cursos que hacemos, los que son de pago, y con trabajos de comunicación y diseño, que también hacemos. Nos financiamos con los bienes y servicios que generamos. Contamos aparte con los proyectos de la New Left Review y Prácticas constituyentes, que suponen un salto importante a nivel editorial y están respaldados, como te he dicho, por instituciones públicas. Y luego tenemos otras tres fuentes de financiación que son los socios de la librería, los socios de la editorial y luego los suscriptores de la revista, que también vienen dados por los bienes y servicios que prestamos nosotros, pero, claro, suponen una fidelización de la compra. Además, para la reforma del nuevo local nos hemos apoyado en Coop57, la cooperativa de crédito, para conseguir la financiación que nos permitiera llevarla a cabo. Es la clásica línea de crédito que te permite un poco tirar hacia delante, pero con cantidades bastante controladas. Con esta cooperativa ya habíamos trabajado en alguna otra ocasión, así que recurrimos de nuevo a ella.

 

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